Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos
N° 3. Año 2016. ISSN: 2525-0841. Págs. 12-25
http://criticayresistencias.comunis.com.ar
Edita: Colectivo de Investigación El Llano en Llamas
Las Marchas del Orgullo LGBTTIQ: Políticas,
corporalidades y existenciarios[1]
Pride Parades LGBTTIQ: Politics, corporalities and existentials
Candela Cabrera, Cecilia Calloway, Ana María Fernández, Mariana Sánchez[2]
Resumen
Este artículo es escrito en el marco de la investigación UBACyT “El campo de problemas de las diversidades amorosas, eróticas, conyugales y parentales: tensiones entre discriminaciones y resistencias” que lleva adelante la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos de la Facultad de Psicología de la UBA. Se describirá el diseño de un dispositivo desarrollado por este equipo para realizar lo que hemos denominado indagaciones en la multitud y su utilización en esta investigación en las Marchas del Orgullo LGBTTIQ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Intersexo, Queer) que tienen lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por otro lado, a partir del material relevado en el trabajo de campo realizado durante cinco años consecutivos, de 2011 a 2015, se describirá muy brevemente cómo se despliegan las marchas y finalmente se hará énfasis en torno al despliegue de las corporalidades y lo que ponen en visibilidad.
Palabras clave: Política, Corporalidades, Diversidades Sexuales, Marchas del Orgullo.
Abstract
This article is written in the context of the UBACyT research "The field of problems of the loving, erotic, marital and parental diversities: tensions between discrimination and resistance" being conducted by the department of Theory and Techniques of Group I of the Faculty of Psychology of the UBA. Firstly, there will be described the design of a device developed by this team for what we call inquiries into the multitude and their use in Pride Parades LGBTTIQ (Lesbian, Gay, Bisexual, Transexual, Transgender, Intersex, Queer) which take place in the city of Buenos Aires. Secondly, from the material obtained in the fieldwork in this massive event for five consecutive years, from 2011 to 2015, there will be briefly described how the march is opened out and finally there will be focused on the deployment of corporalities and what they put on visibility.
Keywords: Politics, corporalities, Sexual Diversities, Pride Parades.
I. Introducción
El equipo de Investigación de la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos de la Facultad de Psicología, de la Universidad de Buenos Aires[3], desde el año 2011 indaga en los modos de subjetivación contemporáneos de las diversidades amorosas, eróticas, conyugales y parentales (FOUCAULT, 1984, 2007; FERNÁNDEZ, 2007). Un primer proyecto de investigación fue realizado entre los años 2011 y 2014[4] y exploró el campo de problemas que inauguran las diversidades sexuales. Actualmente, está en curso la investigación correspondiente al período 2014-2017: “El campo de problemas de las diversidades amorosas, eróticas, conyugales y parentales: tensiones entre discriminaciones y resistencias”.
En el marco de estos proyectos UBACyT, se utilizan distintos instrumentos de indagación de campo tales como entrevistas, grupos de reflexión, abordajes minimales en indagaciones en la multitud, observaciones participantes y no participantes, dispositivos grupales en talleres en congresos y eventos científicos.
Uno de los eventos a los que se asiste en el marco de la investigación en curso son las Marchas del Orgullo LGBTTIQ (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Intersexo, Queer) que tienen lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (en adelante, CABA). Convocadas desde el año 1992, tienen como uno de sus objetivos el reclamo por los derechos civiles de quienes han optado por modalidades de vida distintas a la heteronorma (FERNÁNDEZ, 2009; FERNÁNDEZ, BORAKIEVICH, CABRERA, 2012).
En este sentido, importará subrayar la singularidad colectiva, social y política de este evento que, año tras año, en su devenir, resulta convocante para miles de personas de todas las edades, que desde diversos recorridos existenciales, posiciones políticas, historias personales y opciones o estilos de vida marchan juntas, bajo consignas que exigen paridad en los derechos civiles.
Para ello se situará en primer lugar el dispositivo desde el cual no sólo se indaga en terreno sino que también nos implicamos como investigadorxs. Luego se describirá muy brevemente cómo se despliegan las marchas y se realizarán unas primeras reflexiones a partir de las insistencias distinguidas a lo largo de estos años de indagación. Finalmente se hará énfasis, brevemente, en torno al despliegue de las corporalidades y lo que ponen en visibilidad.
II. Dispositivo de indagación en eventos multitudinarios
Las instancias del dispositivo con el que trabajamos fueron pensadas inicialmente para relevar las movilizaciones y cacerolazos que sucedieron en diciembre de 2001 en Argentina, con el objetivo de explorar las distintas expresiones políticas, sociales y culturales. Constituyó un modo singular de trabajo de campo que exigió pensar -en ese momento- un dispositivo que permitiera, por un lado la inmersión en eventos multitudinarios inéditos. Por otro, implementar procedimientos de trabajo de campo en lo que denominamos indagar al calor de los hechos; es decir mientras los acontecimientos se producen (FERNÁNDEZ y COLS., 2006).
En la conformación del equipo que lleva adelante el dispositivo se plantea una importante caución de método que implica que el mismo esté integrado del modo más heterogéneo posible en cuanto a géneros, edades de lxs integrantes, grados de formación profesional y académica, jerarquías institucionales, etc. Tal heterogeneidad de inscripciones apuesta a generar condiciones para abrir visibilidad a la multiplicidad de dimensiones desde las que es preciso pensar lo colectivo (FERNÁNDEZ, 2007). En otras palabras, a mayor heterogeneidad de inscripciones de lxs integrantes del equipo, mejores condiciones para el despliegue de diversidad lecturas, afectaciones (DELEUZE, 2004; FERNÁNDEZ et al, 2014; BORAKIEVICH et al, 2014) impresiones, ideas, conexiones con saberes previos que tenderán a complejizar y enriquecer la producción de múltiples líneas de sentido.
De esta manera, el dispositivo con que nos acercamos a la Marcha del Orgullo retoma el diseño y los criterios expuestos y consta de las siguientes instancias:
Se utiliza la MPR tanto para la construcción de instrumentos de indagación que permitan captar la producción de heterogénesis en el momento en que acontece, como para la lectura del material relevado que permita alojar la diversidad e inteligir los modos en que operan las lógicas de la diversidad (FERNÁNDEZ, 2007; FERNÁNDEZ, CABRERA, 2012; LÓPEZ, OJAM, et al, 2016).
La metodología y los dispositivos con que se investiguen multitudes deben permitir trabajar problemas (DELEUZE, 1989) a pensar. Allí necesariamente lxs mismxs investigadorxs están implicadxs (FERNÁNDEZ, 2007). En las Marchas del Orgullo quienes están en el lugar de investigadorxs-entrevistadorxs son afectadxs por lo que escuchan, por el espacio en el que esos diálogos tienen lugar, por las características específicas que la multitud a indagar va conformando. Muchas veces se le pregunta a una sola persona, otras nos acercamos a grupos de tres o cuatro, algunxs hablan todos juntxs, otrxs van respondiendo de a unx. Algunxs responden muy seriamente, otrxs hacen chistes, a veces tienen lugar ciertas ironías, otras es posible percibir antiguos dolores o discriminaciones recientes.
La indagación de las implicaciones que se realiza ni bien termina el trabajo de campo y continúa luego en las reuniones de equipo constituye una instancia importante del dispositivo. Se trata de generar las condiciones para que de manera individual y colectiva se puedan situar las distintas miradas desde las que se componen las resonancias y lecturas de cada quien. En este caso, abrir condiciones de reflexión sobre la propia implicación -como cuestión metodológica- nos permite interrogar, entre otras cuestiones, los singulares modos en que cada cual en virtud de las naturalizaciones de la heteronorma y el patriarcado puede reproducir involuntariamente la desigualación social de las diversidades eróticas, amorosas, conyugales y parentales contemporáneas. Podemos afirmar que ningunx de nosotrxs ha retornado igual luego de la experiencia de una marcha del orgullo LGBTTIQ.
Los breves diálogos que inauguran los abordajes minimales son grabados y posteriormente desgrabados y transcriptos. Junto a este soporte tecnológico este dispositivo despliega registros fotográficos y audiovisuales de cada momento del evento.
Breve descripción de la Marcha
La marcha del orgullo LGBTTIQ en la CABA generalmente se realiza el primer o segundo sábado del mes de noviembre e inicia su convocatoria en la Plaza de Mayo. Comienza poco después del mediodía con la Feria del Orgullo que se instala frente a la Catedral Metropolitana donde las distintas ONGs colocan carpas, cuelgan sus banderas y exponen folletería de las actividades que llevan adelante[5]. Se pueden ver stands y artesanxs que venden desde pulseritas, remeras, anteojos, carteras, hasta dildos y osos de peluche. También se hacen presentes distintas organizaciones y partidos políticos que con sus pancartas y banderas apoyan los reclamos de la comunidad LGBTTIQ[6].
Mientras la plaza se va llenando desde el escenario que está instalado desde horas tempranas se presentan distintxs artistas, músicxs y lxs activistas leen la consigna central de ese año y las subconsignas que acercan las distintas organizaciones y que expresan los múltiples reclamos que cada año convocan.
Cada año los grupos organizadores de la marcha acuerdan una consigna principal que convoca a quienes participan. Sin embargo, ya en el despliegue de las distintas marchas tales consignas no funcionan como un único reclamo. Tampoco puede decirse que constituyan una unificada voluntad política. Junto a cada consigna principal conviven año a año una multiplicidad de subconsignas y reclamos.
Algo similar ocurre con los modos de participación. Marchan tanto quienes participan como miembros de OGs, ONGs, sindicatos, partidos políticos como gente suelta de muy distintas procedencias. Todxs ellxs con objetivos sumamente diversos.
De los años en que hemos realizado este trabajo de campo, podemos tomar como ejemplo la consigna del año 2012, que fue “Educar en la diversidad para crecer en igualdad.” Al mismo tiempo entre las subconsignas podían oírse por altavoz y/o leerse en distintos carteles y pines de ONGs y del INADI[7], las siguientes: Inclusión laboral para personas trans; Aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral en todas las provincias y Ciudad de Buenos Aires; Basta de crímenes de odio, Modificación de la Ley Antidiscriminatoria; Derogación de los Códigos Contravencionales; Basta de violencia institucional; No a la trata de personas y la violencia de género; Aborto legal, seguro y gratuito y Basta de xenofobia y racismo.
Alrededor de la Plaza de Mayo se estacionan las carrozas en representación de ONGs, discotecas, otros espacios y organizaciones que permanecen allí a la espera del inicio de la marcha. Durante ese tiempo, las personas van llegando, algunas suben a las carrozas, ajustan sus trajes. Sus vestimentas y maquillajes suelen ofrecer elaboradas producciones. Mientras todo esto sucede, la música suena a muy alto volumen y lxs participantes comienzan a bailar. Se destacan disfraces muy llamativos, de gran colorido; cintas y banderas arcoíris que acompañan el clima de alegría y de fiesta que crece a medida que las carrozas comienzan a desplazarse desde donde están estacionadas alrededor de la plaza, para ir ubicándose una tras otra sobre la Av. de Mayo. Al iniciar el avance de la marcha, la intensidad irá creciendo.
Algo que caracteriza a las Marchas del Orgullo es la multiplicidad de colores, la música, el desenfado de los cuerpos, de los cuerpos bailando, la desnudez de algunos cuerpos junto a aquellxs que exhiben vestimentas mínimas o trajes con muchísima elaboración, multiplicidad de peinados, de apliques y sombreros, maquillajes intensamente coloridos, brillos en los rostros y en los cuerpos.
El impacto visual que genera transitar en esta previa es uno de primeros efectos político-estéticos que puede percibirse. La libertad de los cuerpos y el orgullo por exhibirlos está presente en todo momento. No hay en esta forma de preparación ninguna frivolidad ingenua. Los modos de la alegría que allí se expresan en sus diversas modalidades estéticas son claramente políticos. Muchas y muy diversas son las formas de expresión, hablan desde el orgullo y reclaman derechos. Allí los cuerpos parecieran tornarse instalaciones que intervienen las calles y las plazas.
La marcha propiamente dicha comienza con el desplazamiento desde la Plaza de Mayo hasta la Plaza de los Dos Congresos, por Avenida de Mayo[8]. A lo largo de estos cinco años de indagación hemos podido observar que el tránsito desde una plaza hacia la otra toma cierto ordenamiento, parecieran desplegarse distintas modalidades del marchar, del movilizarse, del reclamar.
Habitualmente es encabezado por figuras de la cultura y de la política, activistas por los derechos LGBTTIQ, militantes de Derechos Humanos, funcionarixs del INADI. Le siguen lxs integrantes de los colectivos de la comunidad LGBTTIQ, militantes de aquellas organizaciones partidarias y sindicales que tienen áreas de trabajo en el tema de las diversidades sexuales. Luego, acompañan personas no encuadradas en ninguna bandera, gente “suelta”, sola o en pareja, con y sin niñxs, en grupos de amigxs y/o familiares.
Una particularidad en esta configuración de la marcha se dio en el año 2012 cuando inmediatamente después de quienes encabezaban seguían las parejas de mamás llevando a sus niñxs en cochecitos, la mayoría con remeras de Les Madres que decían “Reconocimiento igualitario para nuestras hijas e hijos". Unx de nosotrxs rescata que “es difícil describir en palabras el impacto que generaba en los y las allí presentes el desfile de los cochecitos, la alegría y el orgullo de las madres, la emoción de todos y todas los allí presentes que saludaban con un aplauso cerrado, las vitoreaban por su coraje… Algo nuevo había acontecido en las Marchas del Orgullo, los/las bebés y sus cochecitos inauguraban una nueva algarabía en su fiesta. Algo nuevo también desbordaba y se volvía eco multiplicador más allá de la multitud que allí se congregaba”. (FERNÁNDEZ, 2015:p.6).
Al final de la marcha, tiene lugar el desfile de carrozas que a medida que avanzan irán reuniendo mucha gente a su alrededor, que acompañará bailando y caminando a la par. Las expresiones más festivas de las diversidades sexuales se ubican hacia el final, se trata de las locas, las travas. Se trata de la fiesta. De las carrozas convertidas en discotecas al aire libre que pasan sonando e invitan al baile, a mover/poner cuerpo a la música, al reclamo, al orgullo. Será sobre los últimos lugares de las columnas que tiene lugar la fiesta más intensa.
La convocatoria a la marcha inicia en el horario del mediodía y cierra de noche en la Plaza de los Dos Congresos. Allí, orientado hacia la plaza, se ubica un escenario en el que representantes de las Organizaciones convocantes leen el documento de cierre que da lugar a dos momentos particulares que hacen a cierto folklore de la marcha. Uno denominado de los Abucheos y Reconocimientos a figuras públicas en virtud de sus posiciones y acciones tanto a favor como en contra de las reivindicaciones y derechos de la Comunidad LGBTTIQ.
El otro siempre esperado que llaman El momento de los besos y que consiste en convocar a lxs presentes a besarse entre sí colectivamente mientras suena una conocida canción muy popular en nuestro país que se llama “Beso a beso”[9]. Se trata de una tradición que se repite año a año y que da visibilidad a algo aparentemente simple como es el besar, pero que en la marcha, en tanto convoca a hacer de este intercambio de besos algo multitudinario, público y colectivo y no un acto personal, individual o íntimo asume una importancia política.
Como cierre de la jornada cada año se realiza un recital en el que participan reconocidxs artistas cercanxs de la Comunidad LGBTTIQ.
La coexistencia en acto de distintas formas de estar y habitar este evento multitudinario, sin que una excluya a la otra, podría ubicarse como cercana al estilo rizomático que subrayaba Néstor Perlongher (2008) a la hora de pensar la inteligencia de los saberes plebeyos.
III. Indagaciones en la multitud: algunas insistencias en las Marchas del Orgullo LGBTTIQ
Este equipo de investigación trabaja desde un encuadre epistémico y metodológico que propone un criterio de lectura que distingue y puntúa insistencias en el material relevado en el trabajo de campo. A partir de la implementación del dispositivo de indagaciones en la multitud se contempla lo dicho por lxs entrevistadxs, las observaciones, los distintos materiales y expresiones de circulación y divulgación como son las consignas, panfletos, pancartas. También una especial observación a los modos de organizarse y marchar, es decir distinguir las distintas modalidades que adoptan los diferentes grupos de apropiarse, habitar, configurar los espacios-tiempo de la marcha. Por último pero no menos importantes, se incluyen aquí y -como se ha señalado líneas arriba- la lectura de las diversas afectaciones que produce en el equipo el transitar por un evento de estas características.
A continuación se presentan primeras lecturas de insistencias realizada a partir de cinco años de indagaciones en la multitud en las Marchas del Orgullo[10] en la CABA.
Con respecto a los motivos de participación todos los años insiste la importancia asignada a la marcha en tanto permite “la visibilidad”, el poder “mostrarse”, “no esconderse”, “hacerse visible”, “salir del clóset” y también el “apoyar”, “acompañar”, “compartir con amigos”, “celebrar el orgullo”, “festejar los logros”, “celebrar nuestras diferencias”, “agradecer”, “por diversión”, “para festejar”, “porque no nos tenemos que esconder de nadie”, “porque hemos logrado mucho estos años”.
Quienes se presentan como heterosexuales suelen afirmar que concurren por ejemplo para apoyar por motivos afectivos y políticos ligados a la ampliación de libertades en el marco de la democracia. Apoyan los derechos civiles de quienes han sido y son desigualadxs.
Otrxs además de compartir, sentirse orgullosxs, celebrar, festejar, no esconderse, agradecen lo conseguido. Hay quienes agradecen al gobierno y quienes agradecen al tiempo histórico, a las luchas de la Comunidad LGBTTIQ, a la voluntad política del gobierno que ha hecho posible las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género.
En su mayoría quienes asisten expresan no conocer la consigna convocante de la marcha de la cual estaban participando, pero acuerdan con ella cuando es explicitada por nosotrxs.
En los cinco años de trabajo de campo se reitera una misma situación. La Marcha en sí misma convoca a muchxs por muy diversos motivos más allá de la consigna central.
Se podría pensar que actualmente hay mayor receptividad a las diversas opciones de vida, y su traducción en mayores grados de libertad. Esto se evidencia, entre otras cuestiones, en que tanto las personas que respondían estar participando por primera vez como otras que respondían estar asistiendo desde hace algunos años notaban con alegría un crecimiento en la participación: “Hay más gente que en años anteriores”, “Cada vez es más la participación de gente que no es homo, que no es gay. Es diferente lo que veo hoy a lo de 10 años atrás”.
Durante los cinco años de relevamiento entrevistamos al azar, a personas extranjerxs: alemanes, colombianxs, estadounidenses, europexs, brasilerxs, paraguayxs, bolivianxs. Habitualmente, se presentaban desde su nacionalidad y desde su opción sexual: “Soy alemán y soy gay”, por ejemplo. Algunxs de ellxs afirmaban haber viajado especialmente para participar en la marcha, en tanto que muchxs argentinxs relataban haber viajado a otros lugares o países del exterior para participar en Marchas del Orgullo que se realizan en otras ciudades o países.
También entrevistamos a personas del interior del país como Salta y Santiago del Estero, que venían especialmente a participar de la Marcha en Buenos Aires remarcando que aquí “hay menos discriminación que en el interior del país” y que "la sociedad se está abriendo más en Buenos Aires. En el interior es más difícil".
Junto a esta somera caracterización de quiénes participan, desde dónde lo hacen y por qué razones, una de las cuestiones centrales a subrayar es que estos cinco años de indagación estuvieron atravesados tanto por la lucha en torno a las leyes que promueven la ampliación de derechos civiles para la comunidad LGBTTIQ como los festejos y los desafíos que las sanciones de las leyes inauguraban hacia adelante.
De esta manera, en el año 2012, aprobadas la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género se destacaba en las expresiones el hecho de que: “Hay un antes y después de las leyes”, “En Argentina somos campeones del mundo de los Derechos Humanos. Tenemos que cuidar que esto crezca y que no seamos diez, que seamos veinte, cincuenta hasta que llenemos el planeta de leyes igualitarias”.
Ahora bien, también era posible ubicar que había en la mayoría de las personas entrevistadas cierto consenso respecto a que cada ley conseguida resultaba un punto de llegada para nada desestimable pero advertían que luego de sancionada una normativa habría que atravesar muchos obstáculos para que su implementación se hiciera efectiva.
Junto a esto es habitual escuchar el reclamo por mayor igualdad, entendida ésta como acceso a los derechos ciudadanxs: “igualdad de derechos”, “educación en la igualdad”, “los mismos derechos para todos”. Es decir que siempre ha estado presente el reclamo por la paridad política.
Se enunciaba de esta manera que lograr legalidad no implica que se instalen prácticas igualitarias, no discriminatorias para quienes realizan sus elecciones por fuera de lo heteronormativo. La insistencia de que las leyes y la obtención de derechos civiles por sí mismos no son suficientes también se manifestó en la consigna que convocó a la marcha del año 2014, que fue “Por más igualdad real. Ley antidiscriminatoria y Estado Laico”.
Algunxs dejaban esbozada una problematización posible que iba más allá del reclamo por derechos civiles. En esta línea, en el marco de la indagación en la marcha alguien nos decía:
“La ley lo que hace es tratar de normativizar y eso está muy bien porque toda la comunidad LGBTTIQ tiene en común aún hoy la desigualdad de derechos. Pero yo creo que siempre hay que connotar la diferencia, que somos distintos, que somos riquísimamente distintos y eso es muy bueno. También considero que además de englobar en que haya leyes para que nos emparejen, al mismo tiempo las leyes deberían contemplar cada una de las diferencias. Para mi no se trata de la igualdad se trata de la diversidad”.
Es muy interesante la claridad de este comentario ya que distingue la importancia de las luchas por la igualdad legal de derechos civiles, de la reivindicación de sus distintos existenciarios (HEIDEGGER, 1998; FERNÁNDEZ, 2006) respecto de la heteronorma.
La lucha contra los dispositivos de discriminación será central en la agenda de las organizaciones de la comunidad LGBTTIQ que advierten que el orden de lo legal que otorga derechos civiles no garantiza su legitimación en las prácticas concretas. No todos los sujetos de derecho son tan iguales ante la misma ley.
Importa subrayar otra de las insistencias en los cinco años de relevamiento que denuncia las situaciones de vida de las personas trans, en su mayoría obligadas a ejercer la prostitución como única salida para sobrevivir. Unx entrevistadx en una de las marchas nos decía: “falta mucho, tenemos problemas urgentes ahora como lo laboral para dejar de prostituirnos”. Es en este sentido que la consigna de la marcha del año 2015 fue “Ley antidiscriminatoria ya! Sigamos conquistando derechos”. Es preciso no olvidar que semanas antes había ocurrido el travesticidio de Diana Sacayan, una referente del activismo trans, quien fue gestora de la Ley de Cupo Laboral Trans en la provincia de Buenos Aires. El asesinato de Diana Sacayán estuvo antecedido por los disturbios en el XXX Encuentro de Mujeres realizado en la ciudad de Mar del Plata pocos días antes.
También el ballotage para la elección presidencial que tendría lugar unas semanas después, imprimió a la marcha del año 2015 cierta particularidad que se expresó en distintas pancartas y cánticos que fueron expresando el rechazo a uno de los candidatos, el que representaba a los sectores más concentrados del poder financiero y a cierta clase tradicional de nuestro país.
En la próxima Marcha a realizarse este año 2016 la consigna es “¡Basta de violencia institucional y asesinatos a personas trans! Ley antidiscriminatoria ya!” Una vez más se denuncia que estos crímenes implican la eficacia con que operan los dispositivos de discriminación en todo el tejido social.
Al decir de otrxs entrevistadxs: “las leyes ayudan, pero en sí mismas no resuelven nada: la batalla es cultural”, y más aún:
“Somos el primer país en Latinoamérica en que las personas del mismo sexo se pueden casar. También las personas trans tenemos derecho al documento de identidad con el nombre que refleje nuestro género autopercibido. Pero todavía quedan muchas cosas por arreglar. Son avances, eso es cierto, pero no me parece que ya seamos modernos y adelantados porque nos podamos casar o adoptar hijos.”
En esta línea junto al reclamo de no discriminación insiste la apuesta a las generaciones futuras, a la “Educación en la diversidad” como expresaba la consigna del año 2012, de niñxs y jóvenes. De esta manera, algunas respuestas expresaron: “Es muy importante que a los chicos se les inculque desde pequeños que somos todos iguales con diferentes elecciones sexuales”, “Hay que decirle a los jóvenes y a los chicos pequeños que hay otras opciones de vida, que es normal”, “Me emocionan estas marchas pobladas por estas nuevas generaciones de jóvenes que llegan al activismo a reclamar derechos”.
En algunas respuestas, esta apuesta a las generaciones futuras se acompañaba del recuerdo de violencias y discriminaciones vividas: desde hostigamiento en la escuela, hasta persecuciones y razias en los ´80 y ´90 y episodios que alguien prefiere no contar, ocurridos mucho antes, que permiten visibilizar algunas libertades conseguidas: “Es un tiempo en el que se puede respirar y no vivir lo que vivimos hace cincuenta años atrás. Hoy los chicos tienen una contención que antes no se tenía”.
Por otro lado, en muchas conversaciones insisten frases que claramente hablan de las cicatrices históricas de la discriminación (FERNÁNDEZ, 1993) que van desde el padecimiento de la patologización de la diferencia, cuando lxs entrevistadxs necesitan aclarar: “somos comunes”, “somos normales”, “no somos malos”, “no somos dañinos”. Hasta cierta inquietud que se constata en algunos abordajes minimales donde participantes de la marcha aceptan que se grabe lo que dicen pero que no haya registro fílmico o fotográfico.
También la adjudicación de causas biológicas a la opción sexual o genérica hablaría de estas cicatrices de la discriminación, por ejemplo, cuando algunx entrevistadx afirma: “nací así”, y expresa el deseo de que la homosexualidad sea “algo natural”. Vale aclarar que varias de esas respuestas fueron dadas por personas adultas, pero también algunxs jóvenes confirmaban esta insistencia. Algunxs adolescentes decían “me gustaría que la gente tome esto como ´algo más normal´”, otrx joven planteaba que le gustaría “poder decir en la escuela que voy a la marcha del orgullo y que no me miren como si fuera una loca”. O como las palabras de otrx adolescente que expresaba “quisiera que decir ‘papá tengo novia’ fuera algo natural”.
IV. Políticas y corporalidades
Es posible afirmar que las marchas del orgullo LGBBTIQ generan condiciones para disponer un espacio-tiempo, público por cierto, que permite a los cuerpos, en-el-entre-muchos, instalar en acto las diversidades. Los cuerpos se manifiestan más allá de las palabras y en ese estar parecieran interpelar significaciones imaginarias sociales instituidas que han disciplinado los géneros, estigmatizando las diversidades sexuales.
Se trata de dislocaciones estéticas que parecen cuestionar en acto amalgamas de género casi naturalizadas en nuestra manera de percibir los cuerpos. Es aquí en la articulación de política y subjetividad donde se vuelve imprescindible pensar las corporalidades.
La marcha genera condiciones para expresar, instalar, narrar en acto mundos e historias que quizás en la cotidianeidad permanezcan silentes, cuando cada año habilita un espacio-tiempo donde poder “mostrarse”, “no esconderse”, “hacerse visible”, “salir del clóset”. Se trata de los cuerpos que se avecinan y en esas cercanías confluyen interpelando la heteronormatividad.
En distintas marchas se pudo distinguir en las respuestas quienes se presentaban, se nombraban en referencia a identidades de género -“soy gay”, “soy lesbiana”, “soy trans”, “soy bisexual”- junto con aquellxs que no quieren ser encorsetadxs en una identidad. Estas maneras de presentarse coexistían con otras que más que de identidades hablaban de estares cuando en las remeras se podían leer frases como “hoy estoy gay”, “una noche no te hace gay”, “soy hetero flexible”, que ponen de manifiesto otros modos de situarse en cuanto a identidades y prácticas eróticas y amorosas. Parecieran diferenciar en acto modalidades de ser y modalidades de estar, configurando en el primer caso identidades y en el segundo más que identidades, existenciarios (FERNÁNDEZ, 2015).
Otrxs aclarando su asistencia a la marcha por motivos afectivos y/o políticos pero diferenciándose “tengo mi hermana que es lesbiana”, “no soy ni gay ni lesbiana pero apoyo”, “soy hetero pero tengo una amiga trans”.
Es así como en la marcha de 2015 unx de nosotrxs se cruza con una persona trans que marchaba en una silla de ruedas, con una pierna enyesada, disfrazadx de mujer maravilla. Grotesca figura que desplegaba de forma ridiculizada las diferencias de género: Mujer trans que impugna su género masculino para entrar en el ropaje de una mujer que todo lo puede, pero que finalmente quedará en una silla de ruedas, también cuestionando los poderes extraordinarios de la heroína. Un cuerpo que narra las imposiciones y las normativas de género de toda una sociedad y a su vez las ridiculiza.
Se trata de cuerpos que en tanto pueden interpelar y ridiculizar los géneros instituidos parecieran enunciar otras realidades que dice de las diversidades. Cuerpos que dicen mostrándose. Cuerpos que en acto expresan. Por ejemplo, unas personas trans en los hábitos de unas monjas provocativas se pasean frente a la Catedral Metropolitana o aquellxs que vestidxs de policías con uniformes de cuero no sólo parecen ridiculizar cierto erotismo sino también poner en cuestión las masculinidades tradicionales ligadas a ciertos roles públicos. Como sostiene Fernández:
“Es una lógica lo que estalla; se resquebraja un modo de ordenar las diversidades, ponerlas en fila, clasificar en códigos binarios que, a la vez que operan reductivamente sobre la complejidad de lo real, instituyen jerarquías y desigualdades entre lo Uno y la diferencia” (FERNÁNDEZ, 2013:p.10).
Es en los mismos cuerpos que festejan, que se exhiben, que denuncian, que interpelan lo instituido allí donde operan las estrategias biopolíticas de disciplinamiento y expulsión. Es quizás por esto que se torna especialmente rico el dispositivo social de la Marcha del Orgullo en tanto permiten otros estares en lo público al mismo tiempo que otros públicos para las corporalidades.
En el recorrido por las Marchas del Orgullo en Argentina son muchas aún las cuestiones que estos colectivos reclaman y algunas ni siquiera forman parte de la agenda pública estatal, como por ejemplo, el proponer alternativas de trabajo para las personas trans, obligadas a ejercer la prostitución.
Estas primeras lecturas de los modos de ocupar, transitar y habitar ese espacio-tiempo-marcha abren pregunta en torno a pensar ese algo común que allí se produce. Durante la Marcha, en-el-entre-muchos se arma un común (FERNÁNDEZ y COLS, 2006) que se compone de diversos climas, entre los que predomina la alegría, la fiesta, los reclamos. Diversos motivos para participar. Diversas organizaciones e inscripciones políticas.
Se producen estares de alegría colectiva, una alegría de lo diverso imposible de ser capturada desde una lógica de la representación. Al modo de un rizoma, parecen abrir a una infinidad de sentidos posibles que no terminan con el cierre del evento. Ese común que allí pareciera armarse, no se sostendrá necesariamente una vez finalizada la Marcha, sin embargo crea condiciones de diversos modos de potenciar a sus participantes.
Podría decirse que en ese-entre-muchos que la marcha convoca a habitar de singulares formas se producen sinergias colectivas que despliegan distintas intensidades (FERNÁNDEZ, 2007). Así se trata de resaltar una pluralidad colectiva que, al modo de las multitudes, resiste continuamente a través de la lucha por formas de existencias más libertarias de habitar lo público y lo común.
Política y fiesta en un mismo andar en ese-entre-muchos que abraza la fuerza de lo colectivo y resguarda la singularidad estética-sexual-política de cada quien.
Marchas del orgullo que instalan cada año un espacio-tiempo que no sólo denuncia, reclama, exige, interpela sino que se apropia, se instala, en-rostra interviniendo lo público en acto, poniendo en visibilidad una multitud de modalidades de existir, de configurar cuerpos, estéticas, erotismos, amores y afectos diversos.
Bibliografía
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Las Marchas del Orgullo LGBTTIQ: Políticas, corporalidades y existenciarios
Candela Cabrera, Cecilia Calloway, Ana María Fernández, Mariana Sánchez
[1] Fecha de recepción: 21/11/2016. Fecha de aceptación: 20/12/2016.
[2] Candela Cabrera es psicóloga y Magister en Psicología Social Comunitaria. Docente e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires. Integrante del equipo de investigación de la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos, Facultad de Psicología, UBA. Profesora Adjunta de la Universidad Nacional de Moreno e integrante de equipos de trabajo en las áreas de Derechos Humanos, Salud Mental y Políticas de Género de la universidad.
Cecilia Calloway es psicóloga. Tesis finalizada Maestría en Psicología Social Comunitaria, Facultad de Psicología (UBA), con beca UBACyT. Jefa de Trabajos Prácticos interina de Teoría y Técnica de Grupos, Facultad de Psicología (UBA). Docente de Psicología del Colegio Nacional de Buenos Aires. Investigadora UBA, categoría UBACyT de investigador N° V. Investigadora del Centro Cultural de la Cooperación. Integrante del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas (OSERA) (Gino Germani, UBA).
Ana María Fernández es Dra. en Psicología, Psicoanalista, Especialista en Grupos y Parejas, Analista Institucional, Profesora Titular Consulta e Investigadora, UBA. Dirige la investigación UBACyT “El campo de problemas de las diversidades amorosas, eróticas, conyugales y parentales: tensiones entre discriminaciones y resistencias” (2014-2017). Este año recibió el Premio Konex Platino en Psicología 2016. Es autora de numerosos libros. En la Facultad de Psicología de la UNC es profesora de la Maestría en Intervención e Investigación Psicosocial y de la Carrera de Especialización en Psicología Clínica. Es invitada frecuente de prestigiosas universidades extranjeras.
Mariana Sánchez es psicóloga, docente e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires. Integrante del equipo de investigación de la Cátedra I de Teoría y Técnica de Grupos, Facultad de Psicología, UBA.
[3] El Equipo de Investigación se encuentra conformado actualmente de la siguiente manera: Dra. Ana M. Fernández (Directora), Lic. Enrique Ojám, Lic. Cecilia Calloway, Mg. Candela Cabrera, Lic. Mariana Sánchez, Lic. Graciela Eyheremendy, Lic. Santiago Ortiz Molinuevo. Colaboradores invitados: Lic. Belén Casas, Lic. Luisina Giusto y Juan Valinotti.
[4]Proyecto “Modos de subjetivación contemporáneos: diversidades amorosas, eróticas, conyugales y parentales en sectores medios urbanos” (UBACyT20020100101001).
[5]Así por ejemplo, en la XXI Marcha, particularmente multitudinaria, participaron los siguientes:
100% Diversidad y Derechos, Agrupación Xango, CHA, ATTTA -Asociación Travestis Transexuales Transgéneros Argentina-, Colectivo por la Igualdad, FALGBT -Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans-, Brandon por la Igualdad, Buenos Aires Leather Club, Club de Osos de Buenos Aires, Colores ONG, La Fulana, Nexo Asociación Civil, Puerta Abierta, RITTA -Red Nacional de Hombres Intersexuales, Transgéneros y Transexuales de Argentina.
[6] Movimiento Evita, La Cámpora Diversia, Libre Diversidad, Cóncavos y Convexos, Mesa Nacional por la Igualdad, Nuevo Encuentro, etc.
[7]INADI: Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, organismo perteneciente al Estado Argentino.
[8]En la ciudad de Buenos Aires, el trayecto que conecta la Plaza de Mayo con la Plaza de los Dos Congresos a través de la Avenida de Mayo es un recorrido muy significativo en la historia de las distintas manifestaciones sociales y políticas del país. Cabe aclarar que frente a la Plaza de Mayo se encuentra ubicada la Casa Rosada (sede del poder ejecutivo) y que frente a la Plaza de los dos Congresos se encuentra ubicado el Congreso Nacional (sede del poder legislativo).
[9] La Mona Jiménez es un intérprete y compositor argentino, de la provincia de Córdoba. Su estilo musical se denomina cuarteto y este cantautor, muy popular, es uno de los principales referentes de dicho estilo en nuestro país.
[10] Se indagó ininterrumpidamente entre los años 2011 y 2015.