Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos

N° 9 (diciembre-mayo). Año 2019. ISSN: 2525-0841. Págs.90-93

http://criticayresistencias.com.ar

Edita: Fundación El llano - Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (CEPSAL)

A falta de un “saber militante”[1]

Reseñade “Desde abajo y a la izquierda: movimientos sociales, autonomía y militancias populares” de Mariano Pacheco

José Ignacio Scasserra[2]

El escritor, periodista popular y militante Mariano Pacheco señala en su libro Kamchatka que el autodidactismo es el gesto fundamental de la literatura de Roberto Arlt (Pacheco, 2013, p. 114). En efecto, por las páginas de este último circulan personajes que encuentran en su ingenio un modo de resistir al empobrecimiento de su entorno. Por ejemplo,Silvio, el muchachito al cuál seguimos en El juguete Rabioso, muestra una gran capacidad para aprender ciencia por parte de sus lecturas a pesar de no poseer una educación formal, al punto de hacer que la policía no se pregunte si “no será anarquista” (Arlt, 1993, p. 123).A partir de esto, a nosotros nos gustaría señalar, en Mariano Pacheco, una revitalización de dicho gesto: huido de las discusiones académicas, “como quien huye de la peste” (cómo dice él), vuelve a ellas con sus saberes aprendidos de forma autodidacta, quizás bajo el convencimiento de que todo “saber militante” debe reñir un poco con las formas de circulación de los discursos establecidos. Esta gesta híbrida toma forma en el tomo que lleva por título Desde abajo y a la izquierda, de la colección Las Cuarenta Ríos, sumándose en mayo de éste año a la propuesta editorial que busca narrar nuestras disputas políticas y proponer un pensamiento de la actualidad.

Como telón de fondo, el autor incorpora el diagnóstico de Mark Fisher sobre el “realismo capitalista”, esto es, el triunfo de la ficción de que no existe alternativa al capital, y que su valencia neoliberal ocupa todas las fronteras de lo pensable (Fisher, 2016, p. 23). Contra esto, se propone una hipótesis que oriente la lectura: el siglo XXI ha comenzado en enero de 1994, con el zapatismo anunciando una vía posible para las militancias por venir ante la consolidación del “Capitalismo mundial integrado” (Guattari, 2004, p. 57) como modelo de producción hegemónico. Ante el fracaso de los “socialismos reales” y la desaparición creciente del nivel de vida ofrecido por el “estado benefactor”, las experiencias de militancia en el autonomismo aparecen valorizadas desde su irreductibilidad singular. El objetivo es, sobre esta lectura, pensar los años de postdictadura argentina y sus procesos políticos y sociales en el marco de la “democracia de la derrota” la cual se muestra incapaz, tanto de imaginar otra política que la de la gramática estatal, como de problematizar las bases del sistema económico que defiende.

De allí que parezca fundamental trazar la genealogía de los movimientos autonomistas desde la “transición democrática” hasta la nueva ofensiva neoliberal actual para producir un nuevo “saber militante”. Dicho recorrido puede verse en los tres capítulos en los que se estructura el libro. Primero, se busca dar cuenta de los movimientos sociales de post-dictadura argentinos, segundo, se señala la presencia de los mismos durante la “década larga” kirchnerista, y finalmente, se destaca su resistencia en los cuatro años de Macrismo. Cada parte del libro cierra con una desgrabación de discusiones entre el autor y el escritor Diego Sztulwark, quien también se ocupa del prólogo de la edición.

La primera parte, “El ciclo de luchas autónomas” toma como punto de partida diciembre del 2001, acontecimiento donde la política “recupera su corporalidad”. Allí se busca dar cuenta, desde un trabajo genealógico, cómo las revueltasque marcaron la nota de éstas jornadas hundieron sus raíces en diversos movimientos sociales que desde los años 80 buscaban ensayar críticas y alternativas ante la “democracia de la derrota” en la que el progresismo buscaba abanderarse para, desde la perspectiva del autor, darleun “nombre bonito” con el que llamar a la situación de extrema precariedad a la que se condenaban millones de personas para que una ínfima élite pudiera contar sus ganancias.

De allí la urgencia por buscar en las experiencias pasadas insumos para repensar nuestras prácticas políticasy, por ende, para producir un pensamiento crítico que opere como “piquete simbólico” de las narrativas hegemónicas. La genealogía de los movimientos sociales en Argentina a partir de la dictadura militar no puede sino enfrentarse a una primera pregunta fundacional: “¿Se fueron, o los echamos?” (Pacheco, 2019, p. 37).Ante esto, el autor ensaya un movimiento de superación de la dicotomía propio de su modo de pensar:en efecto, es necesario entender la retirada de los militares como un proceso de transformación de los regímenes regionales en “democracias controladas”, pero asimismo su retirada no puede comprenderse sin la insurgencia y el accionar de múltiples movimientos populares. Esta retirada decanta en la oscilación ochentosa entre el “descubrimiento” progresista de la socialdemocracia europea, y las secuelas materiales y simbólicas del fuego y la sangre de la dictadura militar. Será propio de este obstáculo democrático impulsar la desalarización y el retiro del Estado de Bienestar, sustentándose con represión abierta. Como espejo de este proceso de empobrecimiento masivo, lo que se ve son polos insurgentes que el autor no deja de reconocer, para detenerse puntualmente en la “impugnación a los consensos progresistas de la época” (Pacheco, 2019, p. 48) que se leen en la producción cultural ochentosa. El autor se detiene allí en el advenimiento del Punk y el Heavy Metal contra el devenir pacifista del hippismo. Este descontento es la base para la organización piquetera que buscó patear el tablero advenido el Siglo XXI a partir de 1996 y cuyo despliegue tuvo un cierre en la masacre de avellaneda, fenómeno que el autor lee como el intento de ponerle fin con represión al ciclo de insurrecciones, y de dar de esta forma “solución” a la crisis. A partir de esto, el autor propone un balance de las bases y los objetivos del movimiento piquetero.

En la segunda parte, “La década larga”, se prolonga un estudio del kirchnerismo sin por eso descuidar los movimientos autónomos que se alinearon o no al mismo. Con respecto a la estrategia simbólica de los gobiernosde Néstor y Cristina, se señala cómo el trazado del puente hacia 1973 busca reactualizar una memoria militante, pero de este modo elude la resistencia anti-neoliberal que se había perpetuado en las últimas décadas, donde el justicialismo llevó adelante la transformación conservadora. Así pues, el 2001 es releído como “infierno”, “crisis” y “no política”, estratificando todo modo de hacer política en el Estado y borrando de un plumazo los casi veinte años de resistencia que el autor narra en la primera parte del libro. No por ello su narrativa desatiende las reivindicaciones y modificaciones estructurales en la vida del pueblo trabajador sucedidas durante el kirchnerismo, ya que, como anticipó el autor en otro libro, Cabecita negra, se trata de hablar fuera del peronismo, pero sin gorilismos (Pacheco, 2016, p. 13). Por ello, su retórica no va a dejar de reconocer las conquistas sociales de la década, pero desde una perspectiva crítica que problematice la prioridad del consumo interno como modo de la subjetividad neoliberal que acabará siendo caldo de cultivo para la gestación de la figura de Mauricio Macri.

Asimismo, se rechaza la hipótesis de “cooptación” del kirchnerismo sobre los movimientos populares, por considerarla un desdén elitista que piensa a uno de los polos como absolutamente pasivo ante el movimiento del otro, reduciendo de esta forma a los movimientos populares a partir de los 80 a agentes que simplemente se dejaron capturar por planes sociales por parte del estado (Pacheco, 2019, p. 91). Contra esto, se revalorizan las experiencias de economía popular, autogestión y resistencia rastreables durante la “década larga” kirchnerista.

En la tercera parte, “Derecha, hegemonía, y nuevas desobediencias”, el neoliberalismo es comprendido, a partir de los años 70, como la base de nuestra vida contemporánea, marca de lo visible y lo enunciable y rasgo de nuestra subjetividad. De allí que se señale la insuficiencia de los gobiernos progresistas latinoamericanos para combatirlo o sepultarlo, fenómeno que se evidencia en el ascenso de Mauricio Macri o Jair Bolsonaro al poder. Ahora bien, este proceso no está exento de insurrecciones que buscan actualizar épicas que hunden sus raíces en el 2001 (cacerolazos, manifestación para frenar el 2x1, o contra la reforma previsional). La ola feminista y su lazo con el “precariado” (Pacheco, 2019, p. 168) merecen en este desarrollo un apartado que también busca desbordar la gramática estatal en pos de dar cuenta de sus rostros más autogestivos y autónomos.

Finalmente, se busca operar un balance que dé cuenta de los desafíos actuales y proponga una perspectiva de apertura. Allí, el autor destaca, bajo el convencimiento de la necesidad de una renovación intelectual y pragmática, la urgencia por producir un “saber militante”, curando de esta forma la “falta de archivo”de la que adolece la izquierda, en vistas de formar cuadros políticos. De allí que la producción de una genealogía que no se deje estratificar en los procesos estatales, sino que ponga en valor los ciclos de luchas autonomistas llevados adelante desde la “transición democrática” se muestre como un gesto de oxigenación a nuestras discursividades militantes. La sistematización de las experiencias pasadas desde sus limitaciones y virtudes se muestra como el aporte del libro, expresado en las “diez hipótesis para un manifiesto” de lo que busca llamarse “Nueva Izquierda Autónoma” con las que cierra la edición.

Quizás un Roberto Arlt del siglo XXI, Mariano Pacheco recoge el guante de sus experiencias militantes improvisadas (y no tanto), sus saberes intelectuales auto-inculcados, y sus amistades políticas espontáneas para iluminar los puntos ciegos que la retórica estatista no ha dejado de ocultar, sea desde su rostro “amable” en la social democracia, como en su rostro “represivo” en el neoliberalismo. Quizás sea esta la luz que precisemos para curar el “mal de archivo” que trae tanta modorra a nuestras prácticas y narrativas políticas, en pos de renovar nuestros “saberes militantes”.

Bibliografía

Arlt, R. (1993).El juguete Rabioso, Buenos Aires, ed. Espasa-Calpe.

Fisher, M. (2016).Realismo Capitalista. ¿No hay alternativa?, Buenos Aires,Ed. Caja Negra,

Guattari, F. (2004).Plan sobre el planeta. Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares,Madrid,ed. Traficantes de sueños.

Pacheco, M. (2013).Kamchatka,Córdoba,ed. Alción.

Pacheco, M.(2016).Cabecita Negra. Ensayos sobre literatura y peronismo, Buenos Aires, ed. Punto de encuentro.

Pacheco, M.(2019).Desde abajo y a la izquierda, Buenos Aires, ed. Las cuarenta y El río sin orillas.

A falta de un “saber militante”. Reseña de “desde abajo y a la izquierda: movimientos sociales, autonomía y militancias populares” de Mariano Pacheco

José Ignacio Scassera


[1] Fecha de recepción: 19/07/2019. Fecha de aceptación: 05/12/2019.

[2] Profesor de enseñanza superior y media en filosofía (Universidad de Buenos Aires). Actualmente se encuentra cursando la maestría Estudios Interdisciplinarios de la Subjetividad (UBA), comenzando su doctorado en filosofía (UBA) y desempeñándose como investigador del CONICET en el instituto de filosofía Alejandro Korn.