Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos
N° 7 Año 2018. ISSN: 2525-0841. Págs.161 - 165
http://criticayresistencias.com.ar
Edita: Colectivo de Investigación El Llano en Llamas
Reseña del libro “8M Constelación feminista”: pensando el paro como práctica de sentido[1]
Review of the book "8M Feminist Constellation": thinking of the strike as a practice of meaning
Candela Comméres Benejam[2]
8M Constelación feminista. ¿Cuál es tu lucha? ¿Cuál es tu huelga? nace a partir de la invitación realizada por Verónica Gago a distintas autoras a reflexionar sobre las experiencias vividas en torno al Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo de 2017. En el libro, las autoras logran proponer distintas maneras de mirar lo que el acontecimiento implicó en sus latitudes. Desde Argentina, Verónica Gago argumenta que el paro se constituye como vector de transversalidad. Analizando la coyuntura mexicana, Raquel Gutiérrez Aguilar sostiene que el paro implicó un debate en torno a las formas de combatir las mediaciones patriarcales. Situada en Estados Unidos, Susana Draper argumenta cómo el 8M opera como una instancia de reflexión que es puntapié de la reinvención del feminismo. Desde Uruguay, Mariana Menéndez Díaz rescata el paro del 8M como un momento pedagógico inserto en una serie de tramas. Por último, Marina Montanelli refiere que, en Italia, el paro ha logrado nuevamente colocar en la escena política el ser y el hacer en común.
No obstante el aporte central que implica la reflexión de cada una de las autoras sobre el paro del 8M, es posible presentar algunas líneas en común que entrelazan sus artículos y que permiten pensar en aquellos elementos que operaron como condición de posibilidad de esa práctica.
Si pensamos como puntapié de la masiva ebullición del feminismo occidental en los últimos años a la configuración de la denuncia de la violencia contra las mujeres como violencia machista, el Paro Internacional de Mujeres no escapa a la incidencia de aquellas luchas. Como sostiene Gago “la geografía ampliada de Ciudad Juárez” (2018, pp.7) es parte de aquello que podemos llamar condiciones de posibilidad del 8M 2017 en tanto la lucha en contra de todas las violencias hacia las mujeres permitió anudar ciertas reflexiones sobre experiencias recientes. A partir de ellas se fue conformando una red en la cual se generaron los vínculos entre aquellas mujeres que debatieron sobre las implicancias del llamado a huelga y la llevaron a cabo.
A modo de referencia cabe mencionar la lectura realizada por Draper. En su artículo sostiene que el apoyo dado al paro convocado por Ni Una Menos en Argentina el 19 de octubre de 2016 implicó, por un lado, una expresión de solidaridad entre inmigrantes cuyo origen era -en gran parte- latinoamericano. Y por el otro, tal apoyo conformó un nexo entre dos situaciones en las cuales la violencia machista era transversal: la pregunta sobre cómo incorporar la dimensión de la violencia femicida en Estados Unidos, y la denuncia del machismo de las declaraciones del -por entonces candidato a la presidencia- Donald Trump. La posibilidad de nominar los asesinatos de las mujeres como femicidios opera entonces como una puerta de entrada a la lectura de la violencia machista en tanto fenómeno estructural por parte éstas mujeres organizadas.
Esa lectura en clave estructural desde la que se invoca una nueva mirada sobre la violencia es anudada por las autoras con el orden económico. Los interrogantes en torno a la categoría de trabajo y su incidencia en las consecuencias del paro como acción, implicaron un doble movimiento que fue crucial en las modalidades que adquirió la huelga del 8M. La noción del trabajo ligado al orden de lo productivo se fue desbaratando permitiendo la apertura y complejización de la categoría, logrando incorporar y valorizar el trabajo informal, pero fundamentalmente logrando reivindicar el trabajo doméstico.
Tal desplazamiento legitimó la apropiación de la acción de paro por un sector cuyas condiciones eran imposibles de ser abordadas mediante la práctica de huelga tal y como la venían implementando los sindicatos, con sus estrategias en torno al trabajo asalariado y formal. La pregunta sobre qué es parar y cómo hacerlo aparece para ser respondida desde una multiplicidad de formas cuyo objetivo final es lograr visibilizar la precariedad constitutiva del vínculo entre el trabajo y las mujeres. En esas respuestas tiene lugar un desborde del ámbito de lo laboral al exceder el ámbito productivo y al colocar a la huelga de mujeres en el núcleo de la reflexión sobre la reproducción de la vida social.
Situadas en la órbita de proyectos neoliberales que instauran sistemas de exclusión en todo el mundo, el traslado de la discusión hacia los términos y condiciones de la reproducción de la vida tuvo repercusiones en las alianzas de los feminismos que movilizaron el paro. Por un lado, puso en jaque las diversas formas de concebir al feminismo, trazándose una frontera con aquel feminismo que no sostuvo ni la reivindicación argumentativa ni la radicalización política implicada en éstas lecturas. En la trinchera que atacaba las bases del paro del 8M quedó el feminismo clásico, en palabras de Gutiérrez Aguilar; el feminismo del establishment, para Draper; y el feminismo liberal, según Gago.
Pero, por otro lado, ese movimiento amplió el horizonte de referencias y alianzas del feminismo. Un feminismo del 99%, que remitiéndose al feminismo negro radical, le estrecha los brazos a las luchas de Occupy Wall Street en los Estados Unidos; un feminismo que establece puentes con las situaciones de las mujeres de la frontera con Estados Unidos, un feminismo cuyo despliegue reactualiza la radicalidad de las Madres de Plaza de Mayo y de los movimientos de los desocupados en la Argentina de comienzos del siglo XXI. Y es a partir de estos aspectos que las autoras sostienen que se hilvana como un nuevo desafío en dimensión estratégica y organizativa de este feminismo una mirada de expansión internacional.
Ahora bien, abocándonos a pensar sobre estas líneas desde la perspectiva posfundacional, emergen una serie de interrogantes: ¿cuáles son los aportes que nos brindan estos artículos para pensar el Paro Internacional de Mujeres como una práctica de resistencia? ¿Cómo abordar esos aportes desde la Teoría Política del Discurso?
El primer movimiento que debemos hacer para comenzar a recorrer estas preguntas es acercarnos a la noción de práctica. Sosteniendo que toda configuración social es una configuración discursiva y que en consecuencia lo discursivo es equivalente al ser de los objetos, Laclau (2000) presenta entre una de las implicancias de esa noción de discurso el lugar secundario que adquiere la diferenciación entre elementos lingüísticos y no lingüísticos. Y lo hace en tanto persiste una imbricación entre semántica y pragmática que es primaria a la hora de comprender cómo adquieren sentido los objetos discursivos en el contexto de una acción. La idea de pensar en cualquier práctica por fuera de las implicancias de la noción de discurso se vuelve, desde esta perspectiva, inconsistente.
Hacia donde quisiera apuntar es precisamente a pensar el paro del 8M 2017 como una práctica que adquiere sentido en unas determinadas tramas discursivas, y que es preciso que consideremos a los significados que esa práctica recibe como contextuales, relacionales y contingentes. Si bien las reflexiones de las autoras nos brindan las coordenadas para situar los sentidos que operaron en torno la huelga, sus condiciones de posibilidad y sus efectos en términos de alianza política, no debemos dejar de tener presente que los procesos de articulación entre las distintas luchas se constituyen como resultado de circunstancias particulares. A eso nos referimos cuando hablamos de contingencia: esta práctica no puede ser pensada como algo constituido de una vez y para siempre. A eso nos remitimos cuando hablamos de política: el Paro Internacional de Mujeres del 2017 fue atravesado por constantes disputas para otorgarle sentido y es allí en donde se torna interesante afinar la lectura en los relatos de éstas autoras.
A modo de cierre, me gustaría destacar brevemente una mirada cuyo potencial radica en visibilizar hasta dónde llegan los rastros de las prácticas de resistencia. En una entrevista que Marie Bardet le realiza a Suely Rolnik[3], hablando desde la clínica, esta última echa luz sobre la intersección entre la macropolítica y la micropolítica en la resistencia. Pero, ¿cuáles son las implicancias de estos dos órdenes?
A diferencia de la lucha macropolítica que presenta como meta la distribución más igualitaria de los derechos civiles, la lucha micropolítica tiene como fin trastocar las relaciones de poder mediante la creación de otros personajes y desestabilizando la escena misma. Tal meta sólo es posible mediante la apelación a un proceso creativo que lleve como resultado la conformación de otras nuevas formas de vivir.
Pensando en lo que denomina como “inconsciente colonial-capitalístico”, Rolnik busca iluminar otro aspecto en torno a la resistencia que se le opone, y es el de la intersección entre la micropolítica y la macropolítica. Tal cruce es presentado por la autora como aspecto crucial a transformar si el objeto que nos proponemos es descolonizar la política de la subjetivación y del deseo, afectada profundamente hoy por las lógicas destructivas de ese inconsciente.
El punto está en que esa intersección se presenta como una articulación a incorporar a la hora de abocarnos a reflexionar sobre las resistencias al discurso neoliberal. E insisto en tal apreciación en tanto la mirada sobre esos pliegues ha sido crucial en las disputas de sentido dadas por el feminismo.
Referencias
GAGO, V.; GUTIÉRREZ AGUILAR, R.; DRAPER, S.; MENÉNDEZ DÍAZ, S.; MONTANELLI, M.; BARDET, M. Y ROLNIK, S. (2018). 8M Constelación feminista. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Tinta Limón.
LACLAU, E. (2000). Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo. Buenos Aires: Nueva Visión.
Reseña del libro “8M Constelación feminista”: pensando el paro como práctica de sentido
Candela Comméres Benejam
[1] Fecha de recepción: 13/11/2018. Fecha de aceptación: 10/12/2018.
[2] Estudiante avanzada de la Licenciatura en Ciencia Política, de la Universidad de Villa María.
[3] Esta entrevista titulada “¿Cómo hacernos un cuerpo” forma parte de un excursus ubicado al final de la publicación.