La migración de tránsito por Darién. Barreras estructurales y estrategias digitales[1]
Transit migration through the Darién. Structural barriers and digital strategies
Paul Antonio Córdoba Mendoza[2]
Esta
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Resumen
Este estudio aborda los procesos migratorios a través del Tapón del Darién, destacando el impacto de las restricciones migratorias, el papel transformador de las redes sociales digitales y las dinámicas de poder que configuran esta ruta de tránsito. Desde una perspectiva teórica centrada en la estructura y agencia de Giddens, se examina cómo las redes sociales facilitan la planificación y organización de los viajes migratorios, al tiempo que exponen a los migrantes a riesgos asociados con su manipulación por parte de grupos criminales. A través de un enfoque hermenéutico, se analizan fuentes bibliográficas, documentales y mediáticas para comprender las condiciones que enfrentan los migrantes en esta región. Los hallazgos evidencian que las redes sociales actúan como herramientas cruciales para la supervivencia y la adaptación, pero también perpetúan desigualdades y vulnerabilidades en contextos de políticas migratorias restrictivas. Este trabajo contribuye a un análisis crítico de las complejidades de la migración en una de las rutas más peligrosas del continente, proponiendo reflexiones sobre la urgencia de implementar marcos humanitarios y políticas inclusivas que prioricen la protección de los derechos humanos.
Palabras clave: migración de tránsito, Darién, políticas migratorias restrictivas, redes sociales digitales.
Abstract
This study examines the migration processes through the Darién Gap, focusing on the impact of migration restrictions, the transformative role of digital social networks, and the power dynamics that shape this perilous transit route. Grounded in Giddens’ structure and agency theory, the research explores how social networks facilitate the planning and organization of migration journeys while simultaneously exposing migrants to exploitation and violence by criminal groups. Utilizing a hermeneutic approach, the study analyzes bibliographic, documentary, and media sources to understand the conditions faced by migrants in the region. The findings reveal that while social networks serve as essential tools for survival and adaptation, they also perpetuate inequalities and vulnerabilities in contexts characterized by restrictive migration policies. The work offers a critical analysis of the complex realities of migration through one of the hemisphere’s most dangerous routes and emphasizes the urgent need for humanitarian frameworks and inclusive policies that prioritize the protection of human rights and migrants' safety.
Keywords: transit migration, Darién, restrictive migration policies, digital social networks.
Introducción
Darién es una de las diez provincias de Panamá, situada en la región oriental del país. Su capital, La Palma, es un importante centro administrativo y comercial. Con una extensión de 11,896.5 km², Darién es la provincia más grande de Panamá, destacándose por su vasta biodiversidad y complejidad geográfica. Limita al norte con la provincia de Panamá y la comarca Guna Yala, mientras que al sur se encuentra bordeado por el océano Pacífico, lo que le confiere acceso a rutas marítimas clave. Al este, limita con Colombia, una frontera internacional históricamente relevante para el comercio y los intercambios culturales.
Además de su importancia geográfica y ecológica, Darién se ha convertido en una ruta migratoria crucial que conecta dinámicas regionales y globales de movilidad humana. La migración de tránsito a través de su selva ha adquirido un carácter complejo y multidimensional, influenciado por factores como las restricciones migratorias internacionales, la presencia de actores criminales y las estrategias digitales adoptadas por los migrantes. Según Novión (2007), la agenda de seguridad continental promovida por Estados Unidos se ha centrado en combatir el narcotráfico, preservar el medioambiente y contener la migración latinoamericana hacia el norte. Estas políticas han sido extendidas a América Central y México, resultando en medidas más estrictas que han reducido temporalmente el flujo de migrantes (Pérez Sainz, 2019; Marchesi, 2021). Sin embargo, estas restricciones han llevado a los migrantes a buscar alternativas, como las caravanas, para enfrentar las barreras legales, criminales y naturales que encuentran en su camino (Frank y Núñez, 2021).
A nivel local, la economía migratoria del Darién está marcada por la interacción de actores formales e informales, incluidos grupos criminales que controlan las rutas y extorsionan a los migrantes. Estudios recientes han documentado cómo estas organizaciones no solo imponen condiciones abusivas, sino que también ofrecen servicios que explotan la vulnerabilidad de los migrantes (Calviño, 2024; Martínez Barbosa, Eumaña y Urdaneta, 2023; Badillo y Bravo, 2020).
En este contexto, las redes sociales digitales han surgido como herramientas esenciales para la organización y planificación de los viajes migratorios, en especial para la población migrante en condiciones de vulnerabilidad social. Plataformas como Facebook y WhatsApp facilitan el intercambio de información, la coordinación de rutas y el acceso a apoyo logístico en tiempo real (Pauta y Garate, 2023; Medina y Vicent, 2022; Garbey, 2017). Estas dinámicas han transformado las trayectorias migratorias al permitir nuevas formas de agencia para los migrantes, aunque su uso también ha sido explotado por redes criminales, aumentando los riesgos en el trayecto (Rigol, 2024; Alcívar y Molina, 2024; Hernández y Torre, 2023).
La teoría de la estructura y agencia de Giddens (1995) ofrece un marco útil para analizar la complejidad de la migración contemporánea en este contexto. Las políticas migratorias restrictivas, la securitización y la externalización de controles representan barreras estructurales. Sin embargo, los migrantes no son simplemente víctimas pasivas de estas estructuras; a través del uso de redes sociales digitales, ejercen agencia para resistir estas restricciones y buscar nuevas formas de adaptarse. Este equilibrio entre estructura y agencia evidencia la capacidad de los migrantes para desafiar las barreras y reconfigurar sus trayectorias a pesar de las dificultades.
El objetivo de esta investigación documental es analizar la relación entre las restricciones migratorias y el uso de redes sociales digitales en la migración de tránsito por el Darién. Se explorará cómo los migrantes utilizan estas herramientas digitales para sortear las restricciones y continuar su trayecto. Las redes sociales digitales han transformado la manera en que los migrantes perciben y enfrentan las barreras estructurales y las políticas de securitización resultantes de la externalización de la migración. Además, visibilizan y humanizan las experiencias migratorias, generando empatía y solidaridad, y movilizando a organizaciones de derechos humanos (Pauta y Garate, 2023; Medina y Vicent, 2022). Sin embargo, también pueden ser explotadas por traficantes y grupos criminales. A pesar de estos riesgos, constituyen un contrapeso clave frente a las políticas restrictivas, facilitando formas innovadoras de resistencia y supervivencia en un entorno adverso.
Metodología
La metodología utilizada en este estudio se enmarca en el paradigma cualitativo con un enfoque hermenéutico, priorizando el análisis documental como estrategia principal de investigación (Sampieri, 2014). Este enfoque permite interpretar y comprender los significados que subyacen en las dinámicas migratorias, especialmente en relación con las barreras estructurales y las estrategias de resistencia de los migrantes.
El diseño de la investigación combina enfoques descriptivos y analíticos para abordar de manera integral el fenómeno estudiado. Desde la perspectiva descriptiva, se busca identificar las barreras estructurales derivadas de las políticas migratorias internacionales y su impacto en las rutas de tránsito, como el Darién. Por otro lado, el enfoque analítico permite profundizar en la relación entre dichas barreras y el uso de las redes sociales digitales, examinando cómo estas herramientas facilitan procesos de adaptación y resistencia entre los migrantes.
Para guiar esta investigación, se plantean las siguientes preguntas:
- ¿Cómo afectan las barreras estructurales impuestas por las políticas migratorias internacionales al tránsito de los migrantes a través de rutas como el Darién?
- ¿Cuál es el papel de las redes sociales digitales en la adaptación y resistencia de los migrantes frente a las barreras estructurales?
Estrategia de búsqueda y selección de estudios
La búsqueda bibliográfica y documental se dividió en dos etapas clave, cada uno diseñado para maximizar la relevancia y calidad de los estudios seleccionados:
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Etapa |
Descripción |
Resultados Iniciales |
Selección Final |
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1. Estudios sobre Externalización y Políticas Migratorias |
Descriptores:"externalización fronteriza", "políticas migratorias". Período: Publicaciones entre 2018 y 2023. Idiomas: Español, inglés y portugués. |
57 Estudios |
14 artículos (Scopus), 15 artículos (Redalyc y SciELO) |
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2. Revisión Bibliográfica sobre Redes Sociales Digitales |
Descriptores: "migración" y "redes sociales digitales". Período: Publicaciones entre 2019 y junio de 2024. Idiomas: Inglés, español y portugués. |
189 Estudios |
20 artículos |
Tabla 1. Estrategia de búsqueda bibliográfica.
Fuente: Elaborador por el autor.
Criterios de Selección
Los criterios de selección para los artículos y documentos se basaron en su pertinencia a las preguntas de investigación, la calidad metodológica, la actualidad de los datos y la profundidad del análisis ofrecido en relación con las barreras estructurales y el uso de redes sociales por parte de los migrantes. Una vez seleccionados los estudios y documentos, se procedió a la codificación de la información utilizando un enfoque temático. Los datos se organizaron en categorías relacionadas con las preguntas de investigación:
- Barreras estructurales en las políticas migratorias
- Uso de redes sociales digitales por los migrantes
Síntesis de resultados y construcción de la narrativa
La combinación de una revisión bibliográfica, documental y un análisis hermenéutico, permite comprender las barreras estructurales que enfrentan los migrantes y el papel de las redes sociales en su adaptación. La codificación temática refuerza la validez de los hallazgos y proporciona una base para futuras investigaciones y políticas. Como señala Creswell (2014), "la revisión de literatura ayuda a identificar vacíos y justificar la relevancia del estudio" (p. 68). Además, revela cómo los migrantes ajustan sus estrategias de comunicación y apoyo en plataformas digitales.
Adicionalmente, la etnografía digital se emplea como una herramienta clave para analizar las prácticas sociales en grupos de Facebook relacionados con la migración en Darién. Con la modalidad de observación no participante o lurking researcher (Bárcenas y Preza, 2019), se observa de forma pasiva cómo se organizan dinámicas como "rutas recomendadas", "alertas de peligro" y "ofertas de coyotaje". Esto permite identificar patrones de comunicación, tensiones y dinámicas de poder dentro de estos espacios virtuales.
Finalmente, se utilizó un enfoque hermenéutico para interpretar los datos dentro de sus contextos, tal como destaca Gadamer (1997), "la hermenéutica facilita la comprensión de contextos teóricos y sociales" (p. 32). Este enfoque lleva a una comprensión más profunda de los hallazgos, revelando no solo las barreras estructurales que condicionan el tránsito por el Darién, sino también las estrategias de comunicación y apoyo que los migrantes desarrollan a través de plataformas digitales.
Resultados
La literatura científica sobre migración y redes sociales digitales revela la interrelación entre las barreras estructurales impuestas por las políticas migratorias (estructura) y el uso que los migrantes hacen de las redes sociales digitales (agencia).
Las políticas migratorias a menudo crean barreras estructurales que impactan en la movilidad de los migrantes. La externalización de políticas migratorias es un fenómeno en el que los Estados delegan el control migratorio a terceros países, justificándolo bajo pretextos de seguridad o humanitarios. En América Latina, estudios como los de (Pereira y Clavijo, 2022; Castillo, 2022; Barbieri, Alvis y de Andrade, 2022; París, 2022; Iturralde y Piñeiro, 2021; Treviño, 206) muestran cómo estas políticas varían según el contexto nacional, afectando de manera diferente a los migrantes en Brasil, Uruguay y Paraguay, así como en México y Centroamérica.
El uso de redes sociales digitales se ha consolidado como una herramienta esencial para los migrantes, facilitando la comunicación, el apoyo mutuo y la organización durante sus trayectorias. Diversos estudios (Pauta y Garate, 2023; Medina y Vicent, 2022; Torres y Mariscal, 2021; Navarro, 2021; Ogayar, Muntean y Gamella, 2018; Garbey, 2017) han documentado cómo plataformas como Facebook y WhatsApp son empleadas para compartir información, coordinar rutas y mantener contacto con familiares. Sin embargo, estas herramientas también presentan riesgos. Rigol (2024) advierte que la desinformación malintencionada, difundida con frecuencia por redes de tráfico ilícito, manipula a los migrantes más vulnerables, guiándolos hacia rutas peligrosas. En este contexto, Alcívar y Molina (2024) resaltan que los migrantes ecuatorianos que cruzan el Darién suelen ser influenciados por coyoteros, quienes promocionan esta ruta a través de las plataformas digitales (p. 36). Hernández y Torre (2023) amplían este análisis al describir cómo los coyotes emplean servicios digitales, incluyendo el “cyber coyotaje”, que consiste en guiar a los migrantes mediante dispositivos móviles (p. 147).
La externalización de políticas migratorias y el uso de redes sociales digitales deben ser comprendidos en el contexto de un entorno global cada vez más interconectado y complejo, donde las barreras estructurales y la agencia de los migrantes interactúan de formas diversas y a menudo conflictivas. Los estudios analizados provienen de instituciones con sólida reputación en sus respectivos países y se publican en revistas indexadas, lo que asegura un alto nivel de impacto y reconocimiento. La diversidad temática y geográfica subraya la relevancia de comprender cómo las redes sociales digitales moldean y reflejan las dinámicas migratorias en un contexto globalizado.
Restricciones a la Migración Internacional (La Estructura)
Desde la década de 1980, las sociedades hegemónicas han redefinido las amenazas a su seguridad nacional, incluyendo la migración en un "giro securitario" (Varela, 2015). Según Treviño (2016), la securitización como discurso y práctica migratoria emergió tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. En respuesta, Estados Unidos y la Unión Europea han establecido acuerdos de cooperación con países subalternos para bloquear los flujos migratorios desde su origen hasta sus fronteras, un proceso conocido como "externalización".
Según Vega (2022), este proceso se organiza en dos estrategias principales: la cooperación al desarrollo y la contención directa de los flujos migratorios. En palabras del autor, "La externalización conduce a la desterritorialización de la gestión de fronteras" (p. 6). Esto implica que los países receptores procuran desplazar el control migratorio lo más lejos posible de sus propias fronteras, delegando estas funciones a terceros países.
En Norteamérica y Europa, la externalización del control fronterizo no solo involucra a los Estados, sino también a una variedad de actores. Ortega (2023) destaca que esto se evidencia en la movilización de fuerzas policiales y militares, deportaciones masivas y la participación de gobiernos de origen y tránsito de migrantes. Aunque estos países de tránsito se convierten en fronteras físicas de los destinos finales, la delegación de funciones no implica que los Estados de destino pierdan el control sobre la migración.
Además, Ortega (2023) señala que “la gestión migratoria de Estados Unidos ha utilizado el discurso de la securitización de las migraciones para contener la migración irregular desde Centroamérica” (Pág. 27). Que a menudo es, no blanca y pobre. A su criterio este control se implementa mediante biopolíticas como la externalización del control fronterizo, con el fin de evitar que estos migrantes lleguen a los territorios de los Estados dominantes
Un ejemplo clave de la externalización de políticas migratorias es el Programa Integral Frontera Sur de 2014, que “intensificó la vigilancia y militarización en México para controlar la inmigración centroamericana” (Vega, 2022, p. 10). Otro es el Programa Laboral Migratorio Temporal de 2016, respaldado por la Organización de Estados Americanos (OEA), que permitió a trabajadores temporales de Guatemala, Honduras y El Salvador laborar en México durante seis meses al año en los sectores agrícola y de servicios. Finalmente, en respuesta a las “caravanas migrantes” de 2018, México implementó el plan “Estás en tu casa”, que ofreció empleo temporal y la Clave Única de Registro de Población Temporal para Extranjeros (CURP) a los migrantes que aceptaran permanecer en Chiapas y Oaxaca.
En este marco, la relación entre las políticas migratorias de México y las estrategias de seguridad de Estados Unidos se vuelve evidente. Garrapa (2023) introduce el concepto de "frontera laboral", que describe como un mecanismo para regular los flujos migratorios mediante políticas de empleo. Estas políticas incluyen programas de legalización temporal en México por razones humanitarias, lo cual limita la movilidad de los migrantes y refuerza la externalización de los controles fronterizos. De esta manera, el análisis de Garrapa subraya cómo la dimensión laboral se integra a las estrategias de contención, profundizando el debate sobre el papel de México en la gestión migratoria regional.
El fenómeno de la migración de tránsito por el Darién está directamente vinculado al endurecimiento de las restricciones a la migración internacional. Este fenómeno se ha intensificado debido a la externalización de la gestión migratoria, caracterizada por controles más estrictos y la falta de vías regulares para migrar. A ello se suman las políticas restrictivas implementadas durante la pandemia de COVID-19, las cuales han exacerbado las dificultades para la movilidad.
Estas condiciones han llevado a un incremento en el número de migrantes que utilizan la ruta de Darién, como lo señala el informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH, 2016). Entre los grupos más afectados destacan los migrantes ecuatorianos y venezolanos, quienes enfrentan mayores obstáculos debido a la imposición de visas y restricciones en varios países de la región (Calva, Rodríguez y Franco, 2024; Medina y Vicent, 2022).
En 2019, según datos del Sistema Nacional de Migración de Panamá, un total de 22,102 migrantes atravesaron la ruta del Darién, de los cuales el 65.64% provenía de las Antillas, destacando Haití con 10,490 migrantes (47.46%) y Cuba con 2,691 (12.7%). Esta población migrante, en su mayoría, había partido de Brasil. La migración haitiana hacia Brasil aumentó tras el terremoto de 2010, que obligó a miles de haitianos a huir debido a la crisis humanitaria y económica (Garvey, 2018; Silva, 2017). En respuesta, Brasil implementó el "Programa de Visas Humanitarias" en 2012 para facilitar su entrada. Sin embargo, “la crisis política y económica que comenzó en Brasil en 2016 intensificó el éxodo, llevando a muchos haitianos a enfrentar políticas migratorias cada vez más restrictivas en su paso por el Darién” (Edson, 2020, p. 58).
La Tabla 2, que detalla el flujo de migrantes en tránsito por la selva del Darién, refleja una notable variación en los últimos años. En 2020, debido a las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia de COVID-19, el número de migrantes disminuyó drásticamente a 6,465. Sin embargo, entre 2021 y octubre de 2024, se observó un incremento significativo, atribuido a barreras estructurales como controles fronterizos más estrictos y políticas migratorias más severas.
Un caso emblemático es el de los migrantes venezolanos, cuyo número pasó de apenas 69 en 2020 a un pico histórico de 328,650 en 2023. Este aumento coincidió con el endurecimiento de políticas migratorias, como la implementación del requisito de visa para venezolanos que deseen ingresar a México, vigente desde el 21 de enero de 2022 (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2024). La ruta del Darién, en este contexto, se consolidó como una alternativa crucial para quienes buscan sortear estas restricciones.
De manera similar, el número de migrantes ecuatorianos aumentó de 387 en 2021 a 29,356 en 2022. Según Calva, Rodríguez y Franco (2024), este incremento se debe a la "imposición de la visa en México y Guatemala, como parte de su intento por frenar el flujo migratorio hacia Estados Unidos" (p. 170). En conjunto, el total de migrantes pasó de 6,465 en 2020 a 520,085 en 2023, lo que resalta cómo las barreras migratorias, especialmente la exigencia de visa para ingresar a países de tránsito en su ruta hacia el norte, han obligado a miles a tomar la ruta de la selva de Darién.
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País |
2020 |
2021 |
2022 |
2023 |
2024 (oct.) |
|
Venezuela |
69 |
2,819 |
150,327 |
328,650 |
198,004 |
|
Ecuador |
40 |
387 |
29,356 |
57,250 |
15,811 |
|
Haití |
4,538 |
82,952 |
22,435 |
46,422 |
11,820 |
|
Colombia |
21 |
169 |
5,064 |
18,841 |
16,964 |
|
Otros países |
1,797 |
47,399 |
41,102 |
68,922 |
43,611 |
|
Total |
6,465 |
133,726 |
248,284 |
520,085 |
286,210 |
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Tabla 2. Migrantes en tránsito por la selva del Darién, Panamá, 2020 al 2024 (octubre) Fuente: Elaborado por el autor a partir de la información estadística del Sistema Nacional de Migración de Panamá. |
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Lee (1966) argumenta que los factores de empuje y atracción son fundamentales en la decisión de migrar, y en este caso, las políticas restrictivas actúan como un factor de empuje adicional hacia rutas más arriesgadas. En 2023, Ecuador y Venezuela representaron el 74% del total de migrantes en esta ruta.
Las barreras migratorias también se han extendido a otros países. Aguilera (2022) observa que, desde 2018, “las políticas migratorias en Chile se han endurecido con la reformulación del sistema de visados, dificultando la obtención de visas temporales para migrantes venezolanos, lo que ha aumentado la tasa de rechazos debido a requisitos documentales específicos” (Pág. 25). Esto ha contribuido a que muchos migrantes se dirijan hacia el norte, en busca del "sueño americano" a pesar de las restricciones.
Álvares (2009) sostiene que, cuando se cierran las vías legales para migrar, emergen redes clandestinas que eluden las barreras legales y fronterizas, exponiendo a los migrantes a trayectos de extrema violencia. En este contexto, muchos se ven forzados a considerar rutas peligrosas, como la travesía por la selva del Darién, como única alternativa.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2023) respalda esta perspectiva al afirmar que "las políticas restrictivas han forzado a muchos migrantes a recurrir a rutas más arriesgadas, como la selva del Darién" (p. 87). Asimismo, los informes de Médicos Sin Fronteras (MSF, 2024) subrayan la grave situación humanitaria en esta ruta, señalando que un promedio mensual de casi 5,000 personas reciben atención médica, incluidas numerosas mujeres que son sobrevivientes de violencia sexual.
La gestión del flujo migratorio en el Darién ha generado tensiones entre actores locales e internacionales. Un ejemplo de ello es la respuesta del gobierno panameño a las críticas de MSF, acusándolos de interferir en el trabajo de las instituciones nacionales, lo cual refleja la complejidad y los desafíos de abordar esta crisis (La Estrella de Panamá, 7 de marzo de 2024).
Ante el creciente flujo migratorio proveniente de Sudamérica hacia el norte, pasando por los puntos de entrada en Darién (ver figura 1), el gobierno de Panamá firmó un acuerdo de cooperación con Estados Unidos en julio de 2024. Este acuerdo busca gestionar dicho flujo migratorio e incluye medidas como el cierre de puntos fronterizos con alambres de púas (La Estrella de Panamá, 2 de julio de 2024; Lemos, 2024).
El 23 de julio de 2024, La Estrella de Panamá publicó que "Estados Unidos confía en que la implementación del Memorando de Entendimiento suscrito con Panamá disminuirá considerablemente el flujo de migrantes que quieren llegar al norte en busca del llamado sueño americano". Marlen Piñeiro, agregada del Departamento de Homeland Security de Estados Unidos para Centroamérica, mencionó que su país está ultimando los detalles para iniciar los vuelos de deportación de migrantes que cruzan el Darién. Esta estrategia refleja la externalización de las fronteras, pues Estados Unidos está delegando la gestión y el control migratorio a países de tránsito como Panamá, trasladando así la responsabilidad del control migratorio fuera de su territorio.
Figura 1.
Rutas migratorias por Darién.
Fuente: Caitlyn Yates y Juan Pappier. https://www.migrationpolicy.org/article/tapon-darien-encrucijada-migratoria-americas.
Nota: Rutas utilizadas por los migrantes en la selva de Darién en su tránsito a los Estados Unidos. Tras la política de externalización, el gobierno panameño cierra cuatro rutas e intenta canalizar a la población migrante por un único punto, Carreto.
La migración de tránsito a través de la ruta del Darién ha generado una actividad económica lucrativa para los residentes locales, quienes ofrecen servicios como guías, comidas y transporte a los migrantes. Según Yates y Pappier (2023), los migrantes toman un ferry desde Necoclí, Colombia, hasta Acandí o Capurganá, y luego cruzan la selva con la ayuda de guías. Las rutas que siguen los migrantes varían dependiendo de las restricciones impuestas por las autoridades panameñas y por el Clan del Golfo, un grupo armado en Colombia. Aquellos con menos recursos, como haitianos y venezolanos, se ven obligados a tomar rutas más largas y peligrosas, mientras que los migrantes con mayores posibilidades económicas, especialmente los provenientes de China, optan por rutas más cortas y seguras, con tarifas que oscilan entre 200 y 2,000 dólares.
Este paso por el Darién ha dado lugar a una economía que beneficia tanto a los residentes locales como a las organizaciones criminales, creando un entorno lleno de oportunidades y riesgos para los migrantes.
En primer lugar, los residentes locales han encontrado en este fenómeno una actividad lucrativa. Según Castillo, Corrales y Hernández (2024), "los lugareños han desarrollado una economía paralela basada en la demanda constante de los migrantes por servicios esenciales" (p. 248). Servicios como guías, comidas y transporte son ofrecidos a lo largo de la ruta, mientras que “cada aspecto del trayecto, desde el ferry hasta el suministro de alimentos, representa una oportunidad económica para los habitantes” (Turkewitz, 2023).
En segundo lugar, el tránsito migratorio también es explotado por organizaciones criminales, como el Clan del Golfo. Cely (2023) describe cómo este grupo armado, surgido tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), controla el paso de migrantes en la región de Urabá. Esta organización impone normas, extorsiona a guías y migrantes, aumentando los peligros y costos del viaje. Según Acosta, Ramírez y Jiménez (2024) y Mena y Bermeo (2023), el vacío de poder en la región facilita que estas organizaciones criminales capitalicen el tránsito migratorio.
Tercero, una vez que los migrantes logran atravesar la selva del Darién, llegan a las Estaciones Temporales de Recepción Migratoria en Panamá. En estos puntos, se les brinda atención básica y, para quienes tienen los recursos suficientes, la posibilidad de ser transportados hacia la frontera con Costa Rica. Estas estaciones no solo funcionan como puntos críticos de transición logística, sino también como espacios donde los migrantes evalúan sus próximos pasos, reorganizan sus recursos y, en muchos casos, acceden al apoyo de redes sociales digitales para seguir planificando la siguiente etapa de su travesía.
Migración y redes sociales digitales (Los agentes)
Las redes sociales digitales han transformado de manera significativa la experiencia migratoria, especialmente para los migrantes que enfrentan condiciones de vulnerabilidad, como las barreras legales y administrativas, el acceso limitado a recursos financieros y la criminalización y represión estatal. Estas plataformas proporcionan acceso a información crucial, facilitan la planificación de los trayectos y permiten la creación de redes de apoyo entre los migrantes (Ogayar, Muntean y Gamella, 2018). En el contexto del Tapón del Darién, plataformas como Facebook y WhatsApp se utilizan para organizar rutas y obtener apoyo logístico a través de grupos privados (Porras, 2023). Sin embargo, estas mismas herramientas pueden ser explotadas por traficantes de personas para manipular a los migrantes, lo que pone de relieve tanto las ventajas como los riesgos inherentes a su uso (Medina y Vicent, 2022).
Más allá de la organización práctica, las redes sociales digitales han permitido a los migrantes visibilizar sus experiencias y desafiar narrativas estigmatizantes. En plataformas como YouTube y TikTok, los testimonios ofrecen una visión más humana y compleja de la migración de tránsito, actuando como espacios de resistencia donde los migrantes controlan sus historias y amplían su agencia política (Pauta y Garate, 2023; Mantilla, 2022; Arévalo y Flores, 2021;). Además, Ramírez (2023) destaca que estas plataformas facilitan la organización de flujos migratorios y la navegación del sistema migratorio global mediante el intercambio de experiencias y rutas seguras.
La figura 2 sintetiza las tensiones entre los beneficios y riesgos de las redes sociales digitales en la migración de tránsito, mostrando cómo estas tecnologías median las experiencias migratorias en múltiples niveles: planificación logística, construcción de comunidades y de narrtivas y los riesgos asociados.
Figura 2. El Rol de las Redes Sociales Digitales en la Migración de Tránsito
de Personas en Situación de Vulnerabilidad.
Planificación Logistica
La gestión del proceso migratorio por los agentes ha sido profundamente transformado por las tecnologías digitales, redes sociales como Facebook y WhatsApp actúan como herramientas para intercambiar información y la interacción a través de ellas reduce incertidumbres, provee información sobre rutas, costos, y contactos de apoyo, tal como lo subrayan Ogayar, Muntean y Gamella (2018).
En particular, Garbey (2017), al analizar la migración haitiana, destaca el papel crucial de estas tecnologías. Los migrantes no solo planificaron sus viajes a través de redes sociales, sino que también crearon lazos de solidaridad para ayudarse en el trayecto. El uso de teléfonos móviles facilitó la coordinación para encontrar refugio, compartir información sobre rutas seguras y evitar zonas peligrosas, ejemplificando cómo la tecnología digital fortalece la resiliencia migratoria.
En el contexto específico del Tapón del Darién, Porras (2023) enfatiza cómo, “a través de grupos en Facebook, los migrantes tienen acceso a grupos privados de WhatsApp que organizan el viaje con guías locales, facilitando la travesía de esta peligrosa región” (p. 159). Esta interconexión digital también se observa en el análisis de Alarcón (2023), quien explora cómo Facebook es esenciales para organizar migraciones desde Ecuador hacia Norteamérica, destacando “la organización del coyotaje que mediante estas plataformas, coordinan puntos de encuentro para los migrantes en ciudades como Quito, antes de continuar su travesía hacia Colombia y el Darién (p. 18).
Ramírez (2023) también documenta cómo las redes sociales se han convertido en una herramienta esencial para un nuevo perfil de migrantes ecuatorianos que se desplazan hacia Estados Unidos. Según el autor, “estos migrantes, provenientes de clases medias bajas y bajas, ahora se guían por lo que leen en WhatsApp y otras redes sociales, siguiendo las rutas y las experiencias de otros migrantes”(p. 69).
Un ejemplo claro de este fenómeno es el éxodo en caravanas iniciado en 2018 en Honduras, donde los migrantes, provenintes de los grupos más vulnerables, utilizaron principalmente WhatsApp y Facebook para organizarse por departamentos y comunidades. Según Frank y Chaim (2020), estas plataformas les permitieron coordinarse y emigrar de manera conjunta, lo que subraya cómo las redes sociales no solo facilitan la planificación logística de los viajes, sino que también permiten la creación de redes de apoyo mutuo entre los migrantes. Este apoyo mutuo, a su vez, fortalece la resiliencia de los migrantes frente a los múltiples desafíos que enfrentan durante su trayecto.
En definitiva, las redes sociales digitales brindan oportunidades clave para los migrantes en tránsito, especialmente aquellos en condiciones de vulnerabilidad. A través de estas plataformas, pueden coordinar encuentros, encontrar refugio y compartir alertas sobre rutas más seguras. Además, las redes sociales facilitan la creación de redes de apoyo mutuo, lo que refuerza la resiliencia migratoria frente a los desafíos que enfrentan durante su trayecto.
Construcción de comunidades digitales
Las redes sociales digitales permiten a los migrantes formar comunidades virtuales que ofrecen apoyo y solidaridad en contextos adversos. A través de plataformas como Facebook, YouTube y TikTok, los migrantes crean redes que refuerzan el sentido de pertenencia y seguridad, además de visibilizar los riesgos del tránsito por el Darién. Según Mantilla (2022) y Arévalo y Flores (2021), estos espacios funcionan como vehículos de resistencia, desafiando discursos oficiales que criminalizan la migración. En el Darién, páginas de Facebook como Migración Emprendedora (2024) y Darién nueva ruta a Panamá (2024) reúnen a miles de usuarios que comparten información sobre rutas, contactos y experiencias.
En los grupos de migrantes en Facebook (Migración Emprendedora), los usuarios se agrupan principalmente en las siguientes categorías:
· Migrantes en tránsito: Principalmente de Venezuela, Ecuador y Colombia, buscan información actualizada sobre rutas seguras, compañeros de viaje, precios de coyotes y peligros. Participan debido a la incertidumbre y los riesgos del viaje, especialmente en áreas peligrosas.
· Migrantes que han completado el viaje: Estos usuarios comparten sus experiencias y alertan sobre riesgos, ofreciendo consejos sobre rutas y denunciando coyotes fraudulentos y servicios peligrosos.
· Intercambio sobre coyoteros: Algunos miembros, con conocimiento directo de los coyotes o servicios de transporte, comparten detalles sobre tarifas y condiciones.
Esta organización no solo facilita la logística del tránsito, sino que también permite a los migrantes transformarse en narradores activos de sus propias historias. Navarro (2021) resalta cómo esta dinámica de "autorretrato" ha cambiado el discurso migratorio, mientras que Araya (2023) subraya que contar sus experiencias es una forma de agencia política que desafía las narrativas dominantes impuestas por los Estados. Este ejercicio de narrar tiene un papel simbólico y narrativo crucial, ya que va más allá de la práctica informativa.
Además, Pauta y Garate (2023) observan que los videos en plataformas como YouTube no solo ofrecen información útil sobre rutas, sino que también humanizan las experiencias migratorias, contrarrestando las representaciones estigmatizantes. Al compartir sus relatos, los migrantes crean una conexión emocional con otros, generando empatía y visibilidad sobre las realidades del tránsito migratorio. De esta forma, el uso de tecnologías digitales permite a los migrantes crear narrativas alternativas que no solo informan sobre los riesgos y estrategias, sino que también visibilizan los desafíos que enfrentan, promoviendo una comprensión más matizada y empática de la migración.
Riesgos asociados con el uso de redes sociales en la migración
El uso de redes sociales digitales ha transformado la manera en que los migrantes gestionan sus trayectorias, pero también ha dado lugar a riesgos. Un aspecto clave es la desinformación malintencionada, como señala Rigol (2024), que se difunde con frecuencia a través de redes vinculadas al tráfico ilícito. Esta desinformación es utilizada estratégicamente para manipular a los migrantes vulnerables, desviándolos hacia rutas más peligrosas.
Dentro de este contexto, los coyotes representan una de las principales amenazas. Estos actores explotan las redes sociales digitales para atraer a los migrantes, ofreciendo servicios de tránsito que a menudo se traducen en explotación y extorsión. Medina y Vicent (2022) documentan este fenómeno en el Darién, donde los coyotes utilizan las plataformas digitales para presentar rutas migratorias como opciones seguras, cuando en realidad, suelen implicar altos riesgos para los migrantes. Alcívar y Molina (2024) subrayan que muchos migrantes ecuatorianos, por ejemplo, son atraídos por coyoteros que promueven estas rutas en plataformas digitales, creando una falsa sensación de confianza y seguridad que conlleva situaciones de abuso.
Además, la digitalización del tráfico migratorio ha dado lugar al fenómeno del "cyber coyotaje". Hernández y Torre (2023) exploran cómo los coyotes emplean dispositivos móviles y servicios en línea para guiar a los migrantes, lo que no solo incrementa los riesgos físicos y psicológicos, sino que también influye profundamente en las decisiones migratorias. Estos servicios digitales alteran las percepciones sobre cuándo y cómo realizar la travesía, generando expectativas poco realistas sobre la seguridad del viaje. La creciente dependencia de los migrantes de estas tecnologías aumenta la manipulación, ya que los coyotes pueden mantener un control más directo y persistente sobre sus clientes, intensificando la explotación a lo largo del proceso migratorio.
No solo los coyotes generan desinformación en las redes sociales; también otros actores, no migrantes, contribuyen a la propagación de noticias falsas y relatos distorsionados sobre la migración. Según Narváez y Pérez (2022), Zavaglia (2022) y Rocha y Rica (2020), estos contenidos pueden exacerbar los prejuicios y fomentar políticas restrictivas. La difusión de desinformación por parte de actores ajenos a los migrantes puede reforzar estigmas y contribuir a la criminalización de los procesos migratorios.
Frente a estos riesgos, algunos gobiernos han adoptado estrategias para influir en los flujos migratorios. En Panamá, por ejemplo, la campaña gubernamental “Darién no es una ruta, es una jungla” utiliza plataformas como Instagram para disuadir a los migrantes mediante testimonios visuales que resaltan los peligros de la travesía. A través de estos mensajes, el gobierno intenta persuadir a los migrantes de que el cruce del Darién es extremadamente peligroso, con el objetivo de reducir los flujos migratorios hacia la región.
El uso de redes sociales digitales ha reconfigurado la migración contemporánea, transformando tanto la logística del viaje como la organización migratoria y la visibilidad de los migrantes. Sin embargo, este fenómeno es complejo y está marcado por una dualidad: por un lado, las redes sociales ofrecen oportunidades para la solidaridad, la resistencia y la mejora de la eficiencia organizacional, pero por otro, también exponen a los migrantes a riesgos como la desinformación, la explotación por coyotes y las campañas disuasorias de los gobiernos.
Conclusiones
El análisis hermenéutico de la interacción entre las políticas migratorias restrictivas, la externalización de fronteras y la agencia de los migrantes muestra una relación conflictiva y dinámica. Las barreras estructurales impuestas por los Estados, como imposición de visas, la securitización y la militarización de las fronteras, han limitado las opciones de movilidad segura y legal, forzando a los migrantes a adoptar estrategias de resistencia y adaptación. Estas políticas, tal como señala Varela (2015), reconfiguran la migración bajo un marco de amenazas, priorizando el control sobre el respeto a los derechos humanos. En este contexto, las redes sociales digitales emergen como un recurso crucial, permitiendo a los migrantes sortear estas barreras y ejercer su agencia frente a estructuras excluyentes.
Las plataformas digitales han transformado la movilidad migratoria, facilitando el acceso a información sobre rutas, peligros y oportunidades. Migrantes de países como Venezuela, Haití y Ecuador y Colombia han utilizado herramientas como WhatsApp y Facebook para compartir experiencias, coordinar sus trayectos y construir redes de apoyo colectivo (Ramírez, 2023). Esta "migración digital", según Calva, Rodríguez y Franco (2024), no solo refuerza la capacidad de los migrantes para enfrentar los riesgos del tránsito, sino que también evidencia su resistencia frente a las exclusiones impuestas por políticas de control cada vez más restrictivas. Sin embargo, esta adaptación también refleja una "adaptación forzada" (Ortega, 2023), donde los migrantes recurren a estas herramientas debido a la ausencia de alternativas legales y seguras.
Aunque las políticas de externalización de fronteras han desplazado el control migratorio hacia países de tránsito como Panamá y México, han intensificado los riesgos asociados con la migración irregular. La selva del Darién, por ejemplo, se ha convertido en una de las rutas más peligrosas para los migrantes, quienes enfrentan no solo los desafíos del entorno, sino también la violencia y explotación de grupos criminales. Como señala Vega (2022), esta externalización de controles refuerza la capacidad de los Estados receptores para contener la migración, pero a un costo humanitario significativo.
El papel de las redes sociales, aunque fundamental, también plantea dilemas éticos y de seguridad. Las mismas plataformas que sirven para organizar y coordinar el tránsito pueden ser explotadas por redes de tráfico de personas o para desinformar a los migrantes. Este fenómeno pone en evidencia la necesidad de regulaciones más efectivas que garanticen un uso ético de estas herramientas. Además, es crucial que las políticas públicas reconozcan que las restricciones no eliminan los flujos migratorios, sino que los redirigen hacia rutas más peligrosas, aumentando la vulnerabilidad de los migrantes más desfavorecidos (Ortega, 2023).
En este contexto, las redes sociales digitales no solo son herramientas de supervivencia y resistencia, sino también un reflejo de las desigualdades estructurales que perpetúan la exclusión de los migrantes. Por ello, es imperativo que las políticas migratorias y las regulaciones internacionales prioricen la protección de los derechos humanos, promoviendo una gestión más humana y ética de la migración. Esto incluye no solo el diseño de rutas seguras y el acceso a vías legales de movilidad, sino también un abordaje integral que atienda las causas estructurales de la migración. La colaboración entre Estados, organizaciones internacionales y empresas tecnológicas resulta fundamental para garantizar que estas plataformas sigan siendo espacios de apoyo y no instrumentos de explotación o control.
En última instancia, parafraseando a Giddens (1995), los migrantes no son meros objetos de las estructuras restrictivas, sino agentes capaces de transformar sus circunstancias. Su capacidad para ejercer agencia, incluso en contextos de adversidad extrema, subraya la necesidad urgente de políticas migratorias más inclusivas, que respeten la dignidad humana y aprovechen el potencial transformador de las herramientas digitales en favor de una migración más segura y equitativa.
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