Crítica y Resistencias. Revista de conflictos sociales latinoamericanos

N° 2. Año 2016. ISSN: 2525-0841. Págs. 46-67

http://criticayresistencias.comunis.com.ar

Edita: Colectivo de Investigación El Llano en Llamas

“Nunca más una UNASUR sin nosotros”: análisis de la situación de los bienes comunes y propuestas indígenas para la integración de la región [1]

Macarena Mercado Mott y Mayco Macias[2] 

Resumen

Este artículo aborda el problema ambiental de Nonogasta (Provincia de La Rioja, en el Noroeste Argentino), producido por una curtiembre asentada en esta localidad en los años ochenta. La reflexión fue motivada por el llamativo silencio de la comunidad local en torno a la contaminación y sus efectos negativos en la vida de las personas y su entorno natural. Aquí tomamos el concepto de sufrimiento ambiental (SA) propuesto por Auyero Y Swistun (2008) para abordar los efectos negativos de la contaminación. El escenario observado nos llevó a plantear que estamos frente a un “pacto de silencio” que se impuso como una estrategia de poder para impedir la generación de discursos y acciones en contra de la contaminación y el SA. Bajo el enfoque de la dominación y violencia simbólica de Bourdieu (2010, 2012) analizamos la trama sociopolítica sobre la que se instituyó ese pacto. En este marco, el silencio de la comunidad se entiende como una estrategia de supervivencia de personas que habitan un lugar donde abundan las “propiedades negativas” (contaminación, pobreza). Un lugar que arranca a los sujetos adhesiones inadvertidas al pacto de silencio y sumisiones que ni siquiera se perciben como tales (BOURDIEU 1999b, 1999c). Para comprender esas “inadvertidas” adhesiones y sumisiones recurrimos a las perspectivas de la Sociología Reflexiva de Bourdieu y de las Representaciones Sociales de Moscovici, que ponen el acento en las formas en que los sujetos otorgan sentido y elaboran representaciones de su realidad, convencidos que la realidad tiene y debe ser analizada en su doble existencia: material-objetiva y simbólica-subjetiva.

Palabras claves: Pacto de Silencio, Sufrimiento Ambiental, Dominación, Violencia Simbólica.

Abstract

This article addresses the environmental problem in Nonogasta (La Rioja Province, Northwest of Argentina) caused by tannery established in the area during the eighties. The reflection was motivated by an intriguing silence around the environmental problem and its negative effects on the lives of people and their natural surroundings. In this point, we take the concept of environmental suffering elaborated by Auyero & Swistun (2008) to address those negatives effects. In this scenario, we argue that there is “a pact of silence”, imposed as a power strategy to bar discourses and actions against pollution and environmental suffering. Under the framework of symbolic domination and violence of Bourdieu (2010; 2012), we analyze the sociopolitical network that served as a platform to assemble the pact of silence. In this milieu, the silence of the community must be understood as a survival strategy of people that live in a place plenty of “negative properties” (pollution and poverty). A place that steal from subjects unstated acquiesces and submissions to the pact of silent. To understand those unstated acquiesces and submissions we take the perspectives of Reflexive Sociology of Bourdieu and Social Representations of Moscovici, which emphasize on the ways subjects give sense and elaborate representations of their reality, while recognizing that reality has and must be analyzed in its double existence: material-objective and symbolic-subjective.

Key words: Pact of Silence, Environmental Suffering, Symbolic Domination, Violence.

Introducción

En este artículo transmitimos sensaciones e interpretaciones (no resultados) de nuestra experiencia en el trabajo de campo realizado en Nonogasta, en el marco de una investigación[3] de la problemática socioambiental de esta localidad en la Provincia de La Rioja, Noroeste Argentino (NOA). A mediados de los ochenta llegó a Nonogasta una industria curtidora de cueros, La Curtiembre Yoma S.A., del Grupo Yoma, que estaba integrado por miembros de la familia política del, por entonces, presidente Carlos Saúl Menem (1989-1999). Esa filiación aceitó mecanismos que redundaron en beneficios económicos, fiscales y judiciales que favorecieron a la curtiembre. No obstante ello, la empresa decretó su quiebra en el año 2007, y hoy se encuentra en manos del grupo brasilero Curtume CBR S.A.

Nuestra investigación fue motivada por el llamativo silencio que observamos en la sociedad local, lo que tradujimos en este interrogante ¿por qué la comunidad local no habla de la contaminación ambiental que genera la curtiembre y las consecuencias en la vida de las personas y su entorno natural? Esta pregunta nos llevó a plantear que en Nonogasta nos enfrentamos a un “pacto de silencio”, cuya trama la analizamos bajo el enfoque crítico de la dominación social, considerando a la contaminación ambiental como una de las tantas formas que adquiere la dominación.

El pacto de silencio no lo planteamos en la clásica concepción de un acuerdo explícito “entre las partes”, sino en su carácter implícito y como un conjunto de estrategias que estructuran la relación entre los actores involucrados. Estas estrategias son abordadas desde el enfoque de la dominación y violencia simbólica (sutil, inadvertida) que propone Bourdieu (2010; 2012). Este tipo de dominación “se instituye por mediación de una adhesión que el dominado no puede evitar otorgar al dominante (y por lo tanto a la dominación)… que al no ser más que la forma incorporada de la estructura de la relación de dominación, hacen que ésta se presente como natural” (BOURDIEU, 1999a:pp.224-225). En este sentido, el pacto de silencio al que “adhiere” la comunidad de Nonogasta no solo enmascara la naturalización de la dominación social, sino también los efectos de un lugar contaminado y degradado (BOURDIEU, 1999b; AUYERO y SWISTUN 2008). La contaminación se ha naturalizado, dando cuenta de una estructuración de estructuras cognitivas que armonizan con esa realidad. Y esa armonización “es el verdadero fundamento de una teoría de la dominación y la política” (BOURDIEU y WACQUANT, en CALDERONE, 2004:p.1) que nos ayuda a comprender el pacto de silencio que abordamos.

En Nonogasta, del lado del agente dominante (Gobierno, Justicia, Salud Pública, la curtiembre y la mayoría de la clase política) se recurre, ante todo, a la estrategia discursiva de negación del problema ambiental, obstaculizando así la construcción colectiva de discursos y acciones que hagan visible el problema de la contaminación que produce la curtiembre. Una negación que, en un doble movimiento, enmascara el hecho objetivo de la contaminación y las relaciones de poder que, a lo largo de tres décadas, han silenciado a la comunidad local. Del lado del agente dominado (habitantes locales), la adhesión al pacto de silencio debe entenderse como una estrategia de supervivencia de quienes viven en un contexto de pobreza, falta de empleo y dependencia de planes/ayudas del Estado. En otras palabras y parafraseando a Bourdieu (1999b), al habitar un lugar donde abundan las “propiedades negativas” (contaminación, pobreza, falta de servicios de salud, educación, transporte público, esparcimiento, etc.), los sujetos se ven obligados a cumplir con el pacto de silencio, so pena de ser aún más excluidos de los escuálidos bienes sociales que les ofrece el lugar.

En este contexto analítico, recurrimos al concepto de sufrimiento ambiental (SA), propuesto por Auyero y Swistun en su libro Inflamable. Estudio de Sufrimiento Ambiental (2008). Un trabajo en el que los autores se adentran en un lugar-contexto contaminado para comprender las vivencias y significados que las personas le dan a la contaminación en “Villa Inflamable” (Dock Sud, Buenos Aires). Auyero y Swistun reconocen que el SA es una de las tantas formas en que se expresa el sufrimiento y la dominación social. Un enfoque que presta particular atención a las consecuencias que la degradación ambiental tiene en la vida de las personas. El concepto de SA recién ha comenzado a recibir atención académica en los últimos años y, en tanto categoría de análisis, su génesis se encuentra en el exhaustivo y largo trabajo etnográfico que Auyero (1999; 2000a; 2000b; 2000c; 2002a; 2002b; 2003; 2004; 2007; 2008; 2009) y Auyero y Swistun (2006; 2008) han realizado en y con sectores marginales de Argentina.

En el acercamiento a las vivencias y significados de la contaminación en Nonogasta, el enfoque de las representaciones sociales (RS) es otra de las herramientas que utilizamos para comprender cómo las personas otorgan sentido y armonizan con un lugar contaminado. El enfoque de las RS fue propuesto por Moscovici (1979), quien desde el psicoanálisis rescata el rol del individuo y la naturaleza individual de las representaciones, sin dejar de reconocer que éstas son una forma de conocimiento compartido socialmente (PIÑERO RAMÍREZ, 2008; NAVARRO, 2013). Si bien la perspectiva de Bourdieu es el eje del análisis que Auyero y Swistun (2008) hacen del SA la incorporación del enfoque de las RS a nuestro trabajo se fundamenta en interesantes reflexiones como la que la propone Piñero Ramírez (2008), quien aborda conjuntamente la teoría de las RS y la perspectiva de Pierre Bourdieu, asimilando la noción de RS a la de habitus para utilizarlas de manera complementaria.

Los sentimientos de desolación que despierta la situación de Nonogasta no solo se fundamentan en la “edad” del desastre ambiental (tres décadas), sino también en el silencio que esta comunidad mantuvo por todos estos años. Un silencio que apaga las voces de las de las víctimas que hoy llevan las marcas de la contaminación en sus cuerpos: cáncer, alergias, dermatitis, bebés nacidos con malformaciones congénitas. En esta localidad, como lo hacen el informe sobre “El Estado de la Tierra” del World Watch Institute desde 1984, la última Encíclica papal Laudato si (FRANCISCO, 2015), y la obra de Leonardo Boff se constata que “el ser más amenazado de la naturaleza hoy en día es el pobre” (BOFF, 1996:p.13).

Por último, señalamos que el pacto de silencio impactó en nuestro trabajo de campo en Nonogasta. En principio previmos realizar 60 entrevistas, incluyendo a trabajadores de la curtiembre. En campo, tropezamos con la negativa de muchas personas a hablar de la problemática ambiental. Apenas logramos una veintena de entrevistas no estructuradas (grupales e individuales) y conversaciones informales con personas de la comunidad, algunas autoridades locales y ex-trabajadores de la curtiembre. El diálogo directo con los trabajadores de la empresa no fue posible. Esa negativa nos obligó a redefinir los tiempos del trabajo de campo con miras a generar confianza entre los entrevistados y abordar el problema que nos ocupaba, al que llegamos muchas veces de manera indirecta: conversando sobre salud, situación laboral, e incluso de la resistencia a la megaminería en la zona del Famatina. El trabajo de campo se concretó entre los años 2013 y 2014, y mucho de lo logrado se lo debemos a la Asamblea El Retamo de Nonogasta, vecinos que también batallan con el pacto de silencio en la región.

Nonogasta: Tierra Dominada, Pueblo Silenciado

En Nonogasta viven cerca de 12.000 personas, y sus principales actividades productivas son la agricultura (vitivinicultura y horticultura) y, en las últimas décadas, se introdujo el curtido industrial de cueros. A pesar del corto tiempo que esta industria lleva en la comunidad, la misma ha redefinido la identidad local, al punto que la comunidad hoy se congrega a celebrar el “Festival del Cuero” o el “Día del Trabajador del Cuero”, y han dejado de realizarse eventos culturales como el “Festival de Torrontés Riojano”, una fiesta en la que se resaltaba la importancia de la vitivinicultura y se presentaba con gran orgullo los premios nacionales e internacionales recibidos por el vino torrontés, una cepa endémica (que no se encuentra en otro lugar) de la región (Cuyo-NOA) que se procesaba en las bodegas locales.

La curtiembre de Nonogasta perteneció a la familia Yoma (vinculada directamente con el ex-presidente argentino durante 1989-1999, Carlos Menen) desde 1987 hasta que la justicia sanciona su quiebra económica en el año 2007. En el año 2008, la curtiembre pasó a manos del grupo brasileño Curtume CBR S.A., que la dirige hasta el presente. Esta industria tiene hoy un plantel de cerca de 800 trabajadores que proceden de diferentes lugares de la zona (Nonogasta, Vichigasta, Sañogasta y Chilecito). Si bien es uno de los empleadores más importantes, es también el mayor foco de contaminación en la provincia, y probablemente en el país, si ponderamos la magnitud del daño ambiental por el tamaño de la población que afecta. Como dato contundente, la curtiembre arroja diariamente entre 5 y 8 millones de litros de efluentes industriales (altamente tóxicos) a los campos de Nonogasta, a cielo abierto y sin ningún tipo de protección que impida el drenaje a las capas freáticas. El predio de descarga de esos efluentes está compuesto por cientos de piletones (pozos) de grandes dimensiones (15x20 metros. por 3-4 metros de profundidad, aproximadamente) interconectados entre sí, que una vez que secan/drenan los líquidos se dragan para volver a ser recargados. De voz de los mismos responsables de la firma, el predio de los piletones es de 30 hectáreas (ver imagen 1: disponible en Google Earth).

En esta imagen se puede observar y comparar la dimensión del predio de los piletones (recuadrado en amarillo) con la zona de mayor concentración poblacional de Nonogasta (recuadro en negro). Tamaña dimensión es análoga al silencio que se vive en este pueblo. Llamativamente, este problema ambiental fue reconocido en el 2011 por el gobernador de la Provincia de La Rioja, Luis Beder Herrera (2007-2015), quien en su enfrentamiento con las Asambleas de Ciudadanos que luchan contra la megaminería en Famatina, vociferaba “yo les pido que no se dejen robar las banderas de cuidar el medioambiente, el medioambiente es de todos… treinta años contaminando las fábricas acá; ¿han escuchado a alguien que diga que están contaminando? Treinta años de la curtiembre de Nonogasta de contaminación, ¿han escuchado algo? Es una postura” (Diario de Chilecito, 21 de abril 2014). Pero ese ¿han escuchado algo? aplica a autoridades que, como el Sr. Luis Beder Herrera, mantuvieron un gran silencio frente al problema de Nonogasta. Treinta años de silencio e inacción de parte del Estado y la Justicia que transgrede toda normativa, comenzando por el Art. 41 de la Constitución Argentina, Ley General del Ambiente N° 25.675 y Ley de Medio Ambiente de la Provincia de La Rioja nº 7801. Un silencio que el gobernador reconoce en clara intención de obstaculizar la lucha contra la megaminería en Famatina.

El gesto de Beder Herrera da cuenta de una de las tantas estrategias de poder que implementa para fabricar e imponer silencio en la comunidad y consolidar, así, formas de dominación en nuestros territorios. La dominación en el caso de la problemática ambiental de Nonogasta cristaliza en dos planos: 1) el material: los más de 100 piletones atestados de una sopa química, cuyos análisis dieron cuenta de la toxicidad y peligrosidad de esos efluentes, al sobrepasar grosera e impunemente los límites establecidos por la normativa de nuestro país (Asamblea El Retamo, 2015). Asimismo, en este plano se incluye el pestilente aire que respiran los habitantes del lugar y el notable incremento de enfermedades (cáncer; afecciones pulmonares, dermatológicas, renales, etc.) y malformaciones congénitas, todo lo cual sintetizamos en la noción de SA. 2) El simbólico: las formas en que las personas viven y se representan el SA y la trama del pacto de silencio que se fue tejiendo a lo largo del tiempo. Y es este doble análisis lo que permite comprender por qué el problema de Nonogasta se convirtió en algo que está pero algo de lo que no se habla.

El ensamblaje de lo material y lo simbólico es el eje de la sociología reflexiva de Bourdieu, que ofrece herramientas para analizar las formas que adquieren la violencia y dominación simbólica en los diversos ámbitos de la existencia humana. Y en nuestro caso nos interesa el planteo que este filósofo y sociólogo francés hace del “lugar”, del espacio físico habitado, devenido espacio social. Al respecto Bourdieu nos dice que: “debido al hecho que el espacio social está inscrito en las estructuras espaciales y las estructuras mentales, que son parte de la incorporación de las primeras, el espacio es uno de los lugares donde se afirma y ejerce del poder, y sin duda en la forma más sutil de la violencia simbólica como violencia inadvertida” (1999b: 122). Un tipo de violencia que, en Nonogasta, se traduce en estrategias de silenciamiento de discursos sobre la contaminación y sus efectos en la vida humana y entorno natural. El silencio de la comunidad local (agentes dominados) debe entenderse como una estrategia de supervivencia de quienes viven en un lugar-contexto donde abundan las “propiedades negativas” (pobreza, falta de empleo, dependencia de planes sociales y ayudas del Estado). También cabe señalar que muchas personas de Nonogasta trabajan en la curtiembre o tienen familiares o amistades cercanas que dependen de ese empleo. Y ese lugar tiene “efectos” en las personas, los obliga a cumplir con el pacto de silencio, so pena de quedar aún más excluidos de los escasos bienes sociales que se les ofrece (BOURDIEU, 1999b).

El pacto de silencio en Nonogasta se teje sobre una trama compleja de relaciones entre actores con diferente y desiguales cuotas de capital económico, político, cultural y también simbólico (BOURDIEU y WACQUANT, 2005; GUERRA MANZO, 2010). De manera clara, el campo de mayor disputa entre estos actores está en los efectos (en la salud humana y entorno natural) que tienen las sustancias químicas que descarga la curtiembre en forma de efluentes industriales (ver imagen 2 y 3). En reiteradas ocasiones se escuchan expresiones como: “la contaminación no es nociva para la salud”; “el cromo que se utiliza no es peligroso”; “el aire pestilente es molesto pero no dañino” (Diario de Chilecito 28 de agosto 2014); o “la contaminación enferma”; “la contaminación mata” (Diario de Chilecito 21 de abril 2014).

En este campo de disputa se cruzan los actores con sus discursos, acciones y representaciones que buscan imponer por medio de estrategias como la negación del problema que hacen los gerentes de la curtiembre y su personal técnico, apoyados en “supuestos” informes de impacto ambiental de la Consultora Cado Fernández Tamazi (Diario de Chilecito, 28 de agosto 2014). Cabe señalar que esos informes no están disponibles al público, ni en la empresa, ni en la Secretaría de Ambiente de la Provincia de La Rioja.

La estrategia de la negación apunta a silenciar todo cuestionamiento al accionar de la curtiembre en materia ambiental. La misma debe analizarse en el marco de las relaciones sociales que se articulan en torno a la empresa y la contaminación que ésta produce. Destacamos aquí tres tipos de relaciones sociales: 1) la relación entre la empresa y la consultora; 2) entre empresa, Estado y gobierno provincial y 3) entre empresa y trabajadores. En el primer caso, se genera una relación comercial-dependiente entre empresa y consultora, mediada por el pago que la curtiembre realiza por los informes de impacto ambiental. Creemos que esta relación ayuda a explicar por qué, a pesar de las evidencias vividas-sufridas por la comunidad (aire pestilente, paisaje natural devastado, enfermedades, etc.), la empresa y las autoridades encargadas de medioambiente siguen sosteniendo que “la curtiembre no contamina” (Diario de Chilecito, 28 de agosto 2014). En una entrevista concedida a Diario Chilecito, el Ingeniero Químico Osvaldo Cado (uno de los responsables de la Consultora Cado Fernández Tamazi) respondió a la pregunta de si los químicos (en referencia al cromo y el sulfuro de sodio) devueltos en forma de efluentes a cielo abierto son peligrosos:

“Mire, la palabra peligro es una palabra que debe ser bien usada […] porque hay preguntas por ejemplo ¿“contamina o no contamina”?. La realidad es que cualquier actividad que haga el hombre genera contaminación […] Entonces si usted alegremente dice acá esto es un desastre, nos estamos muriendo, yo le pregunto dígame cuál es la relación entre el daño del que usted me está hablando, la empresa y la gente[…] La realidad es que no es peligroso” (Diario de Chilecito 28 de agosto 2014).

La entrevista continúa, se explica el proyecto de la planta de tratamiento de los efluentes. A la entrevista se sumó el gerente industrial, el Sr. Roberto Perino, para explicar las razones de por qué la fábrica funcionó y sigue funcionando sin una planta de tratamiento. La argumentación de este actor lleva al plano de la segunda relación de esta trama que sirve de trasfondo al pacto de silencio. Nos referimos a la relación empresa, gobierno y Estado. Los primeros dueños de la curtiembre, el Grupo Yoma (con miembros de la familia de la primera esposa del Presidente Menen), fueron favorecidos con beneficios fiscales, subsidios y cuantiosos créditos de bancos estatales (Nación y Provincia de Buenos Aires) que la curtiembre nunca devolvió (La Nación, 12 de mayo de 2010). Asimismo, el vínculo con el poder frenó todo intento de llevar al plano judicial el tema del daño ambiental provocado por esta industria.

En el año 2007, se decretó la quiebra de la curtiembre Yoma, que redefinió y afianzó la relación entre empresa y Estado. El gobierno provincial, ante la crisis sociolaboral que supuso el despido de cerca de 1000 trabajadores, ofreció grandes ventajas a los futuros compradores de la curtiembre. Por una parte, el Estado Provincial se hizo cargo de los juicios laborales y, a cuenta gotas, del pago de las indemnizaciones a los trabajadores. En la negociación con el futuro comprador de la empresa el Estado también se brindó la posibilidad de pagarla en cómodas cuotas; es así como Curtume CBR S.A. recién terminó de pagar la fábrica en el año 2015. El problema ambiental fue puesto sobre la mesa en un gesto de reconocimiento “en secreto” del daño causado, pero el comprador se negó a asumir los costos de su tratamiento. En la coyuntura de quiebra y crisis sociolaboral, que el gobierno no estaba en condiciones de afrontar, el poder de negociación del comprador salió fortalecido. Es así como el gobierno se comprometió a construir la planta de tratamiento de efluentes industriales, des-responsabilizando a la nueva empresa de los costos de la misma. Por otra parte, en esa negociación también se eximió al Grupo Yoma de toda responsabilidad legal respecto del pasivo ambiental que produjo, y sobre el cual ya comenzaban a escucharse voces en la prensa (Página 12, 11 de septiembre 2007; DataRioja, 4 de noviembre 2009). De esa forma, Estado, gobierno y empresa establecieron una negociación-relación sobre la base de un silenciamiento del problema ambiental que tuvo como correlato una inacción frente al problema ambiental de Nonogasta que, hoy, se expresa en la promesa incumplida de la planta de tratamiento de la curtiembre.

Por último, la relación entre la curtiembre y sus trabajadores conlleva una complejidad mayor. Por un lado, el silencio en torno a la contaminación se volvió una “ley de hierro” para estos trabajadores. Por otro, el curtido de cueros no solo supone riesgos hacia el entorno, sino también hacia el ambiente laboral. Esta actividad expone a los trabajadores al manejo de una gran cantidad de productos químicos tóxicos como son: sulfuros, amoníaco, y cromo. En el caso del cromo hay diversos estudios que reconocen su peligrosidad para la salud humana, sobre todo su poder mutagénico[4] . El diálogo con los trabajadores no ha sido posible, pero accedimos a personas y ex-trabajadores que nos revelaron las deficientes condiciones de seguridad en que se trabaja. Nos mencionaron casos de trabajadores que enfermaron, otros que fallecieron, e historias de hijos que nacieron con enfermedades vinculadas a la contaminación con cromo: malformaciones, inmadurez o falta de órganos, alergias crónicas, etc., coincidiendo con la afirmación de profesionales de la salud como el doctor Raul Secrestat (PETRIC, 2013, en entrevista de Diario Chilecito).

La situación de los trabajadores se complejiza aún más pues la necesidad de trabajo los convierte a estos actores en uno de los “guardianes del pacto de silencio”, aun cuando ellos y sus familias son igualmente víctimas de la contaminación. Esta etiqueta de “guardianes del pacto de silencio” la elaboramos a partir de la reunión entre la Asamblea El Retamo de Nonogasta y el Defensor del Pueblo, el abogado Alberto Romero, a la que pudimos asistir. En esa oportunidad, el Defensor del Pueblo dijo: “ustedes tienen dos grandes obstáculos: la justicia y los trabajadores” (Diario de Chilecito, 10 de febrero 2014). Ese funcionario se refería a que la justicia, por orden del gobierno provincial nunca avanzaría en causas contra la curtiembre, y que los trabajadores no acompañarían nunca un reclamo ambiental, pues están convencidos que ello supondría el cierre de la fábrica y la pérdida de sus fuentes de trabajo.

Nonogasta: Sufrimiento Ambiental

El abordaje del SA brinda particular atención a las consecuencias que tiene la degradación del entorno natural en la vida de las personas. Este tipo de sufrimiento recién ha comenzado a recibir atención de la academia en los últimos años (AUYERO y SWISTUM, 2006; 2008). Específicamente, el concepto de SA sale a la luz en el libro Inflamable. Estudio del sufrimiento ambiental (AUYERO y SWISTUM, 2008), donde los autores dan cuenta de su inmersión etnográfica en un lugar-contexto contaminado para transmitir las vivencias, y significados que las personas le dan a la contaminación en “Villa Inflamable” (Dock Sud, Buenos Aires). Según la literatura que analizan Auyero y Swistun, este sufrimiento “remite a una experiencia destructiva que se vuelve en contra nuestro y cuyo análisis desplaza la mirada de la experiencia individual para centrar la atención en las aflicciones que son activamente creadas y distribuidas por el orden social; el SA como un efecto del lugar” (2008:pp.37-38). Reflexionando en torno a la génesis del concepto, Auyero reconoce que “se acerca a este tipo de sufrimiento social de manera inductiva… prestarle atención a algo muy simple como es el medioambiente en el que viven su vida los más destituidos… me acerco a Villa Inflamable con el objetivo de construir una agenda de investigación alrededor, exclusivamente, de cómo la gente experimenta su relación con el medioambiente” (EQUIDAD PARA LA INFANCIA, AMÉRIA LATINA, 2011).

A pesar de la relativa “juventud” de la categoría de SA, el abordaje de la relación entre pobreza y medioambiente degradado puede retrotraerse a mediados del Siglo XIX, cuando Engels escribe sobre La situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1979) y donde este filósofo alemán y colaborador de Marx aborda las malas condiciones ambientales en que vive el proletariado inglés: hacinamiento; mala ventilación; falta de sistemas cloacales que hacen que los excrementos vayan a las calles, provocando un ambiente fétido y peligroso para la salud. A pesar de la relevancia del trabajo de Engels, la literatura crítica, comenzando por Marx, siempre se prestó mayor atención a las carencias de tipo económico y la subordinación política de los trabajadores a la lógica del capital (dominación, explotación, alienación) (MARX, 2002), subestimando las condiciones medioambientales en que viven los sectores más desposeídos de la sociedad. Esa visión atraviesa al pensamiento crítico, desde donde se analiza el trabajo ya sea como fuerza creadora, liberadora o fuente de alienación y explotación. Una perspectiva del trabajo y de los destinos de la clase trabajadora en la que la explotación de la naturaleza se naturaliza (ALIMONDA, 2011; LEFF, 2007) y en la que también se invisibiliza el hecho que los desposeídos del mundo son también los que más sufren las consecuencias de la explotación desmedida a la que la modernidad-capitalismo sometió a la naturaleza[5]. Los pobres son las mayores víctimas de la degradación ambiental, los que están más expuestos a los riesgos y sufren las consecuencias de un entorno natural afectado por las dinámicas de la sociedad industrial-moderna (BECK, 1998a, 1998b; AUYERO y SWISTUN, 2008; SWISTUN, 2013) (Ver Imagen 4).

Pero si las consecuencias de la degradación ambiental en la vida de los desposeídos han estado ausentes en la reflexión académica (LEMKOW, 2002; AUYERO y SWISTUN, 2008), el silencio sobre las formas en que estos sectores experimentan su medio natural contaminado es aún mayor. Y en este sentido el trabajo de Auyero y Swistun (2008) marca un punto de inflexión, tanto en términos teóricos como metodológicos. En ese trabajo se valora el saber y significado que los actores investigados le otorgan a su realidad, reconociendo la necesidad que la ciencia (sobre todo las ciencias sociales) tiene de ese saber para brindar explicaciones más comprehensivas de los fenómenos sociales. Tal como plantean Pascual y Roldán “a diferencia de otros estudios, Inflamable asume el desafío que implica comprender un proceso de contaminación y producción social de esquemas cognitivos que no se adaptan a las fórmulas usuales de los trabajos académicos” (2010:p.279). En palabras de Auyero y Swistun:

“empíricamente exploramos la relación entre espacio objetivo y representaciones subjetivas (o hábitat y habitus) en un universo específico (envenenado). En particular, buscamos respuestas a una de las cuestiones de lo que Bourdieu llama “efectos del lugar”: ¿[c]ómo las personas que han estado regularmente expuestas por años a ambientes contaminados se acostumbran o de algún modo sintonizan con las regularidades de un lugar sucio y degradado, con los humos, aguas y suelos contaminados? En contra de las representaciones simplistas […] el trabajo etnográfico revela la presencia de una diversidad de visiones y creencias que coexisten, a veces en el mismo individuo (AUYERO y SWISTUN, 2008:pp.140-141).

Esas diversas y a veces contradictorias visiones de un problema también coexisten en las vivencias de los habitantes de Nonogasta. Tal es el caso de un ex-trabajador de la curtiembre que después de 9 años renunció a la empresa por problemas de salud. Su testimonio da cuenta de visiones encontradas: por un lado, problemas de salud que él relaciona al trabajo que realizaba en la curtiembre; y, por otro, su manifiesta intención de volver a trabajar en la misma fábrica. Cuando le preguntamos por los problemas de salud él nos respondió:

“en la piel, me comenzaron a salir algo como ampollas y picazón, en la manos, las piernas y luego en el vientre, a la altura de la mesa de trabajo…Fue cuando cambiaron los químicos, el ante-año pasado… La máquina donde yo trabajaba generaba mucho polvillo todo el tiempo, nos daban guantes pero no los podía usar, pues no podía tocar, no daba el tacto de los cueros. El médico de Córdoba me dijo “vos salís de ahí [de la curtiembre] y te vas a curar[…] Pero mantengo contacto con la gente allá. Los jefes siempre me preguntan si voy a volver, quedé muy bien con ellos. Por mí, vuelvo mañana. Mire: EL TRABAJO ES UNA COSA Y LA SALUD OTRA COSA” (Resaltado nuestro. Entrevista realizada en Diciembre del 2013).

Un tipo de visiones que solo pueden comprenderse si la situamos en la trama sociopolítica sobre la que las personas las estructuran. Como señalan Auyero y Swistun, “[l]as experiencias que los habitantes tienen de su lugar están determinadas social y políticamente. Éstas no emergen de manera directa del medioambiente contaminado sino que provienen de esquemas de acción y percepción que ha moldeado la historia y las varias intervenciones presentes” (2008: 208). La disociación entre problemas de salud y trabajo que revela el testimonio de ex-trabajador de la curtiembre solo es posible analizarla en el contexto de una trama sociopolítica que enmascaran la contaminación (y sus efectos en la vida de las personas) y la dominación social en Nonogasta. En este marco, y apoyados en la idea de violencia y dominación simbólica de Bourdieu (2010; 2012), esa visión encontrada puede entenderse como resultante de una “adhesión” (inadvertida) al pacto de silencio que hace que aun los afectados directos de la contaminación no se manifiesten ni accionen abiertamente contra los actores y acciones que la causan. Tal como dice Bourdieu, “[l]a violencia simbólica arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas «expectativas colectivas», en unas creencias socialmente inculcadas” (1999c:p.173).

En el abordaje de las visiones subjetivas que articulan las personas, el enfoque de las representaciones sociales (RS) es otra de las herramientas que nos ayudan a comprender cómo las personas armonizan con un lugar contaminado-tóxico. El enfoque de las RS, propuesto por Moscovici (1979), hunde sus raíces en la noción de representaciones colectivas proveniente de la sociología clásica de Durkheim. Moscovici llevó esa noción al campo del psicoanálisis, desde donde rescata el rol del individuo y la naturaleza individual de las representaciones, sin dejar de reconocer que éstas son una forma de conocimiento compartido socialmente (PIÑERO RAMÍREZ, 2008; NAVARRO, 2013). Y si bien el estudio de SA de Auyero y Swistun (2008) se apoya en el concepto de habitus de Bourdieu, en nuestro análisis incorporamos el de RS, a partir de reflexiones como la de Piñero Ramírez (2008), quien asimila la noción de RS a la de habitus y las utiliza de manera complementaria.

“Las representaciones sociales constituyen una categoría que contribuye a la configuración del habitus en virtud de su naturaleza simbólica. Las representaciones sociales son un conocimiento constituido que funciona de forma práctica porque determina la manera en que el agente se acerca a la realidad, a modo de anteojos que guían la percepción y la acción. El agente, al contar con grandes cantidades y tipos de información a su alcance, selecciona y se apropia de aquella que le resulta más oportuna o familiar, según la  naturaleza del habitus que le es propio. Al mismo tiempo, las propiedades de la información que se apropia influyen en la construcción del habitus pues esta información adquiere un carácter individual al ser incorporada (PIÑERO RAMÍREZ, 2008:p.14).

Para Piñero Ramírez (2008), la noción de RS es una forma de conocimiento que, si bien es socialmente compartido, es de naturaleza individual y psicológica. Esto es destacado por Jodelet (1984), para quien la RS es una “forma de conocimiento específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales, socialmente caracterizados” (PIÑERO RAMÍREZ, 2008: 4). En el mismo sentido, Navarro le reconoce al individuo la capacidad de “elaborar de manera endógena representaciones peculiares de la realidad que habita, tanto en el nivel micro como en el macro […] el resultado de la relación mutuamente constituyente es un proceso morfogenético global que configura al individuo como sujeto social” (en PIÑERO RAMÍREZ, 2008). De esta forma, el SA, en general, y el pacto de silencio de Nonogasta, en particular, se aborda con el recurso de diferentes enfoques que ponen el énfasis tanto en la dimensión objetiva-material como subjetiva-simbólica, en el marco de contextos sociopolíticos e históricos específicos.

Vivir, Sentir el Sufrimiento Ambiental en Nonogasta

A pesar de las voces que levantan algunos vecinos y Asambleas (El Retamo de Nonogasta, Ciudadanos por la Vida de Chilecito), la contaminación ambiental y sus efectos en la vida de Nonogasta no genera reacciones en la comunidad. Al contrario, hay una especie de “silenciosa habituación a la contaminación y una casi completa ausencia de acción colectiva” (AUYERO y SWISTUN, 2008:pp.21-22). Llama la atención que las personas conversen e incluso rían sin taparse la boca y la nariz para evitar sentir el olor nauseabundo que la mayoría sabe que emana de los efluentes que descarga a cielo abierto la curtiembre. En esta línea, el estudio de SA que Sarlingo (2013) realiza en Colonia Hinojo (llanura pampeana Argentina) propone la noción de habituación. Desde la antropología médica y apoyándose en la teoría del riesgo social este autor argumenta que en contextos tóxicos los sensores humanos se duermen; se habitúan a los efectos de la contaminación, a escuchar o vivir experiencias traumáticas vinculadas a la contaminación.

“No solo hay un acostumbramiento a los impactos de la contaminación en el entorno y en la cotidianeidad vecinal […] hasta se acostumbran a pensar en lo inevitable que resulta que los contaminantes formen parte de su realidad operativa, estando presentes en la ropa recién lavada o generando efectos visibles en la piel de las personas con quién se encuentran a diario (SARLINGO, 2013:p.160).

Esa sensación de inevitabilidad de la contaminación y sus efectos también se advierte en los testimonios relevados en Nonogasta. Una de las primeras entrevista la realizamos a una mujer, hija y esposa de trabajadores de la curtiembre. Ella perdió un hijo que nació sin ano (una malformación bastante común en el lugar), tiene un niño pequeño con otra malformación congénita (pie equinovaro) y una hija de 8 años, quien pasó por una cirugía para extraerle cálculos de la vesícula. La mujer nos cuenta que su padre está enfermo de cáncer y ya no puede trabajar, y su esposo tiene problemas de riñones y gastrointestinales. Ante ese panorama preguntamos si ellos vinculaban sus problemas de salud a la contaminación de la curtiembre, ella respondió: “sí, pero ¿qué podemos hacer? Vamos al médico, tomamos una pastilla, se nos pasa el dolor y seguimos” (Entrevista realizada en noviembre del 2013).

Además de esa inevitabilidad, las conversaciones con los vecinos también dejan traslucir una sensación de que todo escapa a su control. Eso lo percibimos en las particulares formas que ellos elaboran significados para explicar[se] la realidad que los circunda. Un matrimonio nos relató los problemas de una de sus hijas, quien trabajó en la curtiembre y por problemas de salud tuvo que migrar a otras provincias (Mendoza y San Juan). El hijo de esa mujer (nieto del matrimonio entrevistado) también está enfermo. A lo largo de la conversación fuimos incorporando el tema de la contaminación y sus efectos en la salud, la mujer entrevistada no decía: “al principio pienso que era la fábrica, pero ahora ya no sé qué pensar. No puedo arriesgar que es la fábrica. A ella (su hija) le hicieron un “mal” (brujería) y le cayó al niño (su nieto) que es más débil. No sé cómo lo hacen, pero lo hacen” (Entrevista realizada en noviembre del 2013). El esposo de la entrevistada coincide con la idea del “mal” que le hicieron a su hija y nos cuenta que hay quienes saben muy bien como “curar esos males” (curanderos y curanderas) en la zona. Esas explicaciones no solo nos dicen que al SA lo viven como algo que está fuera de su control, sino como algo que se sitúa en el plano de lo “paranormal”. Un escenario que, desde el campo de las RS, nos remite a las maneras en que los sujetos conceptualizan los objetos materiales o simbólicos (RODRÍGUEZ SALAZAR, 2009) otorgándoles significados y explicaciones a la realidad que viven. Jodelet, quien estudia en profundidad al enfoque de las RS, argumenta que esas conceptualizaciones les permiten a los sujetos “comprender y explicar los hechos e ideas que pueblan o surgen del universo de vida, actuar sobre y con otras personas” (1984:p.473).

Retomando el planteo de Piñero Ramírez (2008), la RS del SA contribuye a la configuración de esquemas de percepción y acción, es decir el habitus, frente al universo que los rodea. Piñero Ramírez argumenta que los sujetos tienen a su alcance un vasto cúmulo de información respecto de sus realidades, y son ellos quienes seleccionan y se apropian de la parte que les resulta oportuna y familiar. La selección y apropiación de esa información está guiada por la naturaleza del habitus; y a su vez, al ser incorporada, la misma adquiere un carácter individual que contribuye a la construcción del habitus. De esa forma, “las RS tienen un alto grado de determinación en la configuración del capital simbólico y el capital cultural en particular, puesto que estos están constituidos en buen medida por códigos que son asimilados por el agente y que son incorporados a su habitus” (PIÑERO RAMÍREZ 2008:p.14). La noción de RS y constitución de un habitus nos permiten comprender la elaboración de significados del SA como algo fuera de todo control (incluso paranormal), y al mismo tiempo el no-actuar (que es una forma de actuar) de los sujetos sobre esa realidad. Un no-actuar que expresa la estructuración de estructuras cognitivas que armonizan con una realidad-lugar contaminado, y que son el fundamento de la “adhesión” (inadvertida) de la víctimas del SA (agentes dominados) al pacto de silencio que se vive en Nonogasta.

Otro de los aspectos que se señalan en el enfoque de las RS, es que las conceptualizaciones que elaboran los sujetos también les ayudan a “dominar el entorno […] saber lo que significa el devenir histórico para la vida” (JODELET, 1984:p.473). Desde este marco, los testimonios revelan conceptualizaciones que sirven para generar algunas certezas o sensación de control del presente y también del futuro: van a ver a curanderos/as; toman una pastilla y siguen; el trabajo es una cosa y la salud es otra. En este sentido, para el ex–trabajador de la curtiembre, el fenómeno de la contaminación, hoy, es procesado de manera tal que no obstaculiza el mañana, y con gran convicción él no descarta la posibilidad de “volver mañana” a trabajar en la fábrica.

Tanto el enfoque de Bourdieu como el de Moscovici también nos ayudan a comprender los procesos sociales y psicológicos sobre los que los sujetos llegan a naturalizar situaciones de sufrimiento. En este sentido, Ursino (2012), en su estudio sobre la contaminación ambiental y las prácticas espaciales en barrios periféricos de la provincia de Buenos Aires, plantea que las representaciones sociales nos acercan a los procesos de naturalización de la contaminación. Proceso que se vincula a la mencionada noción de habituación que plantea Sarlingo:

“[l]os sensores se habitúan, se duermen. Dejamos de oler, de oír algo al permanecer estáticos en el mismo ambiente y al mismo tiempo desconectamos nuestra comprensión de ideas y de imágenes evaluadas como conocidas, repetitivas y predecibles casi mecánicamente. La cotidianeidad de los vecinos de Colonia Hinojo tiene este componente, el de la habituación sensorial, pero fundamentalmente cognitiva, como un elemento central del sufrimiento ambiental que padecen” (SARLINGO, 2013:p.160).

La riqueza de los enfoques de Bourdieu y Moscovici reside en las herramientas (teóricas y metodológicas) que permiten analizar problemas como el de Nonogasta en su “totalidad” o doble existencia: objetiva (material) y subjetiva (simbólica), subrayando la necesidad de un análisis que combine y se nutra de los aportes de diversos campos disciplinarios, incluso trascendiendo el campo de las ciencias sociales. Una mirada que aprovecha las virtudes y desecha los vicios contenidos tanto en el objetivismo como en el subjetivismo (BOURDIEU, 2005; BOURDIEU y WACQUANT, 2005).

Reflexiones Abiertas: ¿Se Rompe el Pacto de Silencio?

La investigación en Nonogasta nos muestra que el problema ambiental se inscribe en una lógica de dominación y violencia simbólica que, a lo largo de tres décadas, fue fabricando un pacto de silencio que enmascara tanto la contaminación y sus efectos, como la trama de relaciones sociopolíticas (entre dominadores y dominados) que arrancan “sumisiones que ni siquiera se perciben como tales” (BOURDIEU, 1999c:p.173). Asimismo, este caso nos ayuda a comprender las formas en que los habitantes locales viven y sienten el SA, y conocer la trama de poder que limita sus posibilidades de negociación con actores tan poderosos como la Curtiembre, la Justicia o el Estado. Claro está que el problema ambiental de Nonogasta no es un caso aislado, y su abordaje nos debe acercar a las dinámicas globales de producción, donde empresas como la curtiembre exportan su producción, mientras que internalizan en las comunidades locales graves daños socioambientales. Esta es una de las líneas de análisis que quedan pendiente en nuestro trabajo, al igual que el tema de las relaciones laborales dentro de esta industria.

A pesar del “pacto de silencio”, en Nonogasta hay habitantes que comenzaron a señalar la relación entre la contaminación de la curtiembre y los problemas de salud colectiva, la degradación de la calidad del aire y del agua. Es el caso de ciudadanos organizados en las Asambleas El Retamo de Nonogasta y Ciudadanos por la Vida de Chilecito que, en conjunto, organizaron en abril del 2014 el 22° Encuentro de Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). Un espacio de reflexión y acción colectiva que llevó, por primera vez, el problema de la contaminación de la curtiembre a las calles de Nonogasta a través de expresiones artísticas y manifestaciones públicas. También destacamos el aporte de algunos profesionales de la salud que vienen alertando sobre el incremento de enfermedades y en particular el cáncer en Nonogasta. Pero tanto los profesionales de la salud como las Asambleas locales reconocen que a pesar de la grave situación “nadie quiere hablar en Nonogasta”. Un escenario que nos obligó a abordar el problema ambiental de manera indirecta. Pero a poco andar nos dimos cuenta del conocimiento que la comunidad tiene del mismo, aun cuando la mayoría de las personas evitaban emitir opinión y se negaban a hablar de los efectos de la contaminación en sus vidas. En muchos casos nos mandaban a preguntar a otras personas “que saben más de eso”. En medio de una realidad contaminada-tóxica, muchos de nosotros asistimos atónitos a un silencio que aún sigue desconcertando al sentido común de la misma manera que interpela al sentido científico.

Nonogasta, al igual que otros lugares contaminados de nuestra región, interpela a la ciencia. Y esa interpelación debe aceptarse como un desafío que nos obligue a develar las desigualdades sobre las que se hace posible “silenciar” el daño que se causa a las poblaciones de estos lugares. En lo que respecta a la ciencia y a la investigación, albergamos el deseo de “llevar al nivel de la conciencia [de los habitantes locales] los mecanismos que hacen la vida dolorosa, invivible […] descubrir la posibilidad de imputar el sufrimiento a causas sociales y sentirse así disculpados [… ] Lo que es seguro, es que toda política [incluso la científica] que no saque plenamente partido de las posibilidades que son ofrecidas a la acción, y que la ciencia puede ayudar a descubrir, puede ser considerada como culpable de no-asistencia a persona en peligro” (GUTIÉRREZ, en BOURDIEU, 2000:pp.18-19). En este sentido, entendemos que el trabajo de investigación, sobre todo en ciencias sociales, debe nutrirse del saber común que se expresa en las voces de las personas y acciones del activismo social para reestablecer las confianzas que la ciencia supo romper, y derribar así las barreras que separan a la investigación del activismo. Nuestro trabajo navegó por la compleja frontera que separa al saber científico del saber común. A pesar de ello, nuestro anhelo es contribuir a resquebrajar el pacto de silencio que hace posible la persistencia de un desastre ambiental que afecta a una de las zonas menos favorecidas de La Rioja.


Bibliografía

AGENCIA DE PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LOS ESTADOS UNIDOS (2010) Cromo (VI) en el agua potable. EPA. Recuperado de: http://water.epa.gov/drink/contaminants/basicinformation/upload/Cromo-VI-enelaguapotable_QAs.pdf.

ALIMONDA, H. (2011) “La colonización de la naturaleza. Una aproximación a la Ecología Política Latinoamericana”. En ALIMONDA, H. (Coord.) La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: Clacso y Ciccus.

AUYERO, J. (2009) “Cultura política, destitución social y clientelismo político en Buenos Aires. Un estudio etnográfico”. En SVAMPA, M. (Ed.) Desde abajo. La transformación de las identidades sociales. Buenos Aires: Biblos.

AUYERO, J. (2008) Inflamable. Estudio del sufrimiento ambiental. Buenos Aires: Paidós.

 AUYERO, J. (2007) La Zona Gris. Violencia colectiva y política partidaria en la Argentina contemporánea. Buenos Aires: SXXI.

AUYERO, J. (2004) Clientelismo Político. Las caras ocultas. Buenos Aires: Propiedad Intelectual.

AUYERO, J. (2003) Vidas Beligerantes. Dos mujeres argentinas, dos protestas y la búsqueda de reconocimiento. Buenos Aires: Universidad de Quilmes.

AUYERO, J. (2002a) La Protesta. Retratos de la beligerancia popular en la Argentina democrática. Buenos Aires: Centro Cultural Rojas.

AUYERO, J. (2002b) Clientelismo político: Doble vida y negación colectiva. En Perfiles Latinoamericanos. Núm. 20. pp. 33-52. ISSN: 0188-7653. México: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

AUYERO, J. (2000a) The Logic of Clientelism in Argentina: An Ethnographic Account. En Latin American Research Review. Núm. 1 Vol. 36. pp. 55-81. ISSN: 0023-8791. The Latin American Studies Association.

AUYERO, J. (2000b) The Hypershantytown. Ethnographic Portraits of Neo-liberal Violence(s). En Ethnography. Núm. 1. Vol. 1. pp. 93-116. ISSN: 1466-1381. Amsterdam: University of Amsterdam.

AUYERO, J. (2000c) Poor People´s Politics. Durham & London: Duke University Press.

AUYERO, J. (1999) From the Client's Point(s) of View. How do Poor People Perceive and Evaluate Political Clientelism. En Theory and Society. Vol. 28. pp. 297-334. ISSN: 0304-2421. Springer Netherlands.

AUYERO, J. y SWISTUN, D. (2008) Inflamable. Estudio del Sufrimiento Ambiental. Buenos Aires: Paidós.

AUYERO, J. y SWISTUN, D. (2006) En el medio de la basura y el veneno. En Apuntes de Investigación en Cultura y Política. Núm. 11. pp. 147-65. ISSN 0329-2142. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA.

BECK, U. (1998a) La sociedad de riesgo. Hacia una nueva modernidad. México: Paidós.

BECK, U. (1998b) Políticas ecológicas en la Edad del Riesgo. Antídotos. La irresponsabilidad organizada. Barcelona: El Roure.

BOFF, L. (1996) Ecología. Grito de la tierra, grito de los pobres. Buenos Aires: Lumen.

BOFF, L. (2006) Florecer en el yermo. De la crisis de civilización a una revolución radicalmente humana. Santander: Sal Terrae.

ASAMBLEA EL RETAMO (2015) Solicitada. Recuperado de: http://asambleaelretamo.blogspot.com.ar/

BOURDIEU, P. (1999a) Meditaciones pascalianas. Barcelona: Anagrama.

BOURDIEU, P. (1999b) La miseria del mundo. Buenos Aires: FCE.

BOURDIEU, P. (1999c) Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama.

BOURDIEU, P. (2000) Intelectuales, política y poder. Buenos Aires: Eudeba.

BOURDIEU, P. (2010) La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.

BOURDIEU, P. (2011) Las estrategias de la reproducción social. Buenos Aires: Siglo XXI.

BOURDIEU, P. (2012) Symbolic violence. En Revista Latina de Sociología. Núm. 2. pp. 1-4. ISSN 2253-6469. Recuperado de: http://revistas.udc.es/index.php/RELASO/article/view/1203/278

BOURDIEU, P. y WACQUANT, L. (2005) Un invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires: SXXI.

BURKETT, P. (2006) Marxism and ecological economics. Toward a Red and Green Political Economy. Chicago: Haymarket Books.

CALDERONE, M. (2004) Sobre violencia simbólica en Pierre Bourdieu. En La Trama de la Comunicación. Vol. 9. Recuperado de: http://www.latrama.fcpolit.unr.edu.ar/index.php/trama/article/view/172

CHÁVEZ PORRAS, A. (2010) Descripción de la nocividad del cromo proveniente de la industria curtiembre y de las posibles formas de removerlo. En Revista Ingenierías Universidad de Medellín. Núm. 17. Vol. 9. pp. 41-50. ISSN 1692-3324. Medellín: Universidad de Medellín.

CUBEROS, E.; RODRIGUEZ, A. I.; PRIETO, E. (2009) Niveles de Cromo y Alteraciones de Salud en una Población Expuesta a las Actividades de Curtiembres en Bogotá, Colombia. En Revista de Salud Pública. Núm. 2. Vol. 11. pp. 278-289. ISSN 0124-0064. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

DATARIOJA (4 de noviembre del 2009) Denunciaron por la presencia de cromo a la curtiembre Yoma en Nonogasta. Los radicales en rol de oposición. Recuperado de: http://www.datarioja.com/index.php?modulo=notas&accion=ver&id=2982&e=197

DIARIO DE CHILECITO (21 de abril 2014) Cromogasta. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=JlFTA4mLbpA

DIARIO DE CHILECITO (10 de febrero 2014) “Que el Defensor del Pueblo cumpla con su función de defendernos de tanta impunidad y peligro”. Recuperado de: http://www.diariochilecito.com.ar/articulo/21096.html

DIARIO DE CHILECITO (28 de agosto 2014) Cromogasta no contaminado. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=2vYQT9t23lY

ENGELS, F.  (1979) La situación de la clase obrera en Inglaterra. Madrid: Jucar.

EQUIDAD PARA LA INFANCIA, AMÉRICA LATINA (2011). Sufrimiento ambiental e infancia- Entrevista Javier Auyero. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=g0pePQEMGoo

ESCOBAR, A. (2011) “Ecología política de la globalidad y la diferencia”. En ALIMONDA, H. (Coord.). La naturaleza colonizada. Ecología política y minería en América Latina. Buenos Aires: Clacso y Ciccus.

FOLADORI, G. (1996). La cuestión ambiental en Marx. En Ecología política. Núm. 12 pp. 125-138. Barcelona.

FOSTER, J. B. (1999) The vulnerable planet. A short economic history of the environment. New York: Monthly Review Press.

FOSTER, J. B. (2002) Ecology Against Capitlism. New York: Monthly Review Press.

FOSTER, J. B. (2004) La ecología de Marx. Materialismo y naturaleza. Madrid: El Viejo Topo.

FRANCISCO, P. (2015) Laudato si’: carta encíclica sobre el cuidado de la casa común. Buenos Aires: Agape Libros.

GORZ, A. (1995) Capitalismo, socialismo, ecología. Madrid: HOAC.

GREENPEACE. (2011) La contaminación viste a la moda. Los vínculos entre las marcas de indumentaria y la contaminación del Riachuelo. Recuperado de: http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2011/contaminacion/la-contaminacion-viste-a-la-moda-5.pdf.

GREENPEACE (2012) Cueros Tóxicos. Nuevas evidencias de contaminación de curtiembres en la Cuenca Matanza-Riachuelo. Recuperado de: http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2012/contaminacion/Cueros-Toxicos-Riachuelo.pdf.

GREENPEACE (2013) Cueros Tóxicos II. Curtiembres: Actualización de evidencias de contaminación en la Cuenca Matanza Riachuelo. Recuperado de: http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2013/contaminacion/Cueros-toxicos-II-Greenpeace.pdf.

GUDYNAS, E. (2004) Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible. Montevideo: Coscoroba.

INSTITUTO NACIONAL DEL CÁNCER (2015) Compuestos del cromo hexavalente. Recuperado de: http://www.cancer.gov/espanol/cancer/causas-prevencion/riesgo/sustancias/cromo

GUERRA MANZO, E. (2010) Las teorías sociológicas de Pierre Bourdieu y Norbert Elias: los conceptos de campo social y habitus. En Estudios Sociológicos. Núm. 83. Vol. XXVIII. pp. 383-409. ISSN 0185-4186. México: El Colegio de México.

JODELET, D. (1984) “La Representación social: fenómenos, concepto y teoría”. En MOSCOVICI, S. (Comp.) Psicología Social II. Pensamiento y vida social. Psicología social y problemas sociales. Barcelona: Paidós Ibérica.

KEMPF, H. (2007) Cómo los ricos destruyen el planeta. Buenos Aires: Libros del Zorzal.

KEMPF, H. (2010) Para salvar el planeta salir del capitalismo. Buenos Aires: Capital Intelectual.

LA NACIÓN (12 de mayo del 2010) La curtiembre Yoma. Un recuerdo poco feliz. Recuperado de: http://www.lanacion.com.ar/1263822-la-curtiembre-yoma-un-recuerdo-poco-feliz

LEFF, E. (2007) Ecología y capital. Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable. México: SXXI.

LEMKOV, L. (2002) Sociología Ambiental. Pensamiento socioambiental y ecología social del riesgo. Barcelona: Icaria & Antrazyt.

LÖWY, M. (2009) Ecosocialismo: hacia una nueva civilización. En Revista Herramienta. Núm. 42. ISSN 1852-4710. Buenos Aires. Recuperado de: http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-42/ecosocialismo-hacia-una-nueva-civilizacion.

LÖWY, M. (2011) Ecosocialismo. La alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista. Buenos Aires: El Colectivo: Herramienta.

MARX, K. (2002) El Capital. Tomo I. Vol. 1. Libro Primero. Buenos Aires: SXXI.

MAX-NEEF, M. y SMITH, P.B. (2014) La economía desenmascarada. Del poder y la codicia a la compasión y el bien común. Barcelona: Icaria.

MOSCOVICI, S. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público. Buenos Aires: Huemul.

NAVARRO, O. (2013) Representación social del medio ambiente y de la contaminación del aire: efecto de imbricación de dos objetos. En Revista CES Psicología. Núm. 1 Vol. 6. pp. 104-121. ISSN 2011-3080. Medellín: Facultad de Psicología, Universidad CES.

PAPALEO, H.y GRANDE, N. (2011) Contaminados. Crónica de un pueblo curtido en la lucha. Buenos Aires: Dunken.

PASCUAL, C.M.y ROLDÁN, D. P. (2010) El poliedro de la experiencia tóxica en los bordes de la ciudad. En Apuntes de Investigación en Cultura y Política. Núm. 17. pp. 279-286. ISSN 0329-2142. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA.

PÁGINA 12 (11 de septiembre 2007) Puede deberse a la contaminación producida por la curtiembre de los Yoma. Recuperado de: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-91208-2007-09-11.html

PETRIC, N. (2 de Septiembre, 2013) Cromogasta. Diario Chilecito. Recuperado de: http://www.diariochilecito.com/articulo/19807.html

PIÑERO RAMÍREZ, S. L. (2008) La teoría de las representaciones sociales y la perspectiva de Pierre Bourdieu: Una articulación conceptual. En CPU-e, Revista de Investigación Educativa. Núm. 7. ISSN 1870-5308. Xalapa, Veracruz: Universidad Veracruzana. Recuperado de: https://www.uv.mx/cpue/num7/inves/completos/pinero_representaciones_bourdieu.pdf

PRADO, C. del V. (2011) Respuestas bioquímicas y anatomofisiólogicas de Salvinia minima al cromo. Su potencial uso como agente fitorremediador de ambientes acuáticos. Tesis de Doctorado. Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán.

PORRAS, A. Ch. (2010) Descripción de la nocividad del cromo proveniente de la industria curtiembre y de las posibles formas de removerlo. En Revista Ingenierías Universidad de Medellín. Núm. 17. Vol. 9. pp. 41-49. ISSN 1692-3324. Medellín: Universidad de Medellín.

RODRÍGUEZ SALAZAR, T. (2009) Sobre el potencial teórico de las Representaciones Sociales en el campo de la comunicación. En Comunicación y Sociedad. Núm. 11. pp. 11-36. ISSN: 0188-252X. Guadalajara: Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara

SARLINGO, M. (2013) Corporalidad tóxica y sufrimiento ambiental. La experiencia de los habitantes de Colonia Hinojo, República Argentina. En Quaderns-e. Núm 18. Vol. 2. pp. 156-172. ISSN: 1696-8298. Barcelona: Institut Català d'Antropologia.

SWISTUN, D. (2013) Desigualdad, pobreza y salud en la política ambiental emergente. Investigación y políticas. Programa CLACSO-CROP de Estudios sobre Pobreza / Serie documentos breves, Buenos Aires. Recuperado de: https://www.academia.edu/12678656/Desigualdad_pobreza_y_salud_en_la_pol%C3%ADtica_ambiental_emergente.

URSINO, S. V. (2012) Representaciones sociales de la contaminación ambiental y prácticas espaciales en barrios periféricos de la localidad de Dock Sud, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Augmdomus. Núm. 4. pp. 103-117. Buenos Aires: Asociación de Universidades Grupo Montevideo. Revista Electrónica del Comité de Medio Ambiente. Recuperado de: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/25750

VIZIA, C. (2011) Un Marx verde? Antropología, ecologismo y marxismo. Buenos Aires: Ediciones Kaicron.

WORLD WATCH INSTITUTE. Recuperado de: http://www.worldwatch.org/


[1] Fecha de recepción: 19/05/2016 - Fecha de aceptación: 25/07/2016

[2] Macarena  Mercado  Mott: Licenciada  en  Ciencia  Política  por  la  Universidad  Nacional  de  La  Rioja (Argentina). Maestranda en el programa de posgrado de Integración Contemporánea de América Latina en

la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (Brasil) . Miembro del Observatorio de la Realidad Indígena  y  Campesina  del  Paraguay,  del  Núcleo  de  Pesquisa  de  Política  Externa  Latinoamericana  y  del Grupo de Estudios sobre Transnacionalización del Capital, Estado y Clases Dominantes y Conflictividad en América Latina y el Caribe. Mayco Alejandro Macias: estudiante de la licenciatura en Ciencia Política de la Universidad Nacional de La Rioja (Argentina). Estudiante de Relaciones Internacionales e Integración en la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (Brasil). Miembro del Observatorio de la Realidad Indígena  y Campesina  del  Paraguay,  del  Núcleo  de  Pesquisa  de  Política  Externa  Latinoamericana  y  del Grupo de Estudios sobre Transnacionalización del Capital, Estado y Clases Dominantes y Conflictividad en América Latina y el Caribe.

[3] ¿Silencio Pactado? Contaminación: Historias de Sufrimiento Ambiental y Laboral. El Caso de la Curtiembre Asentada en la Localidad de Nonogasta, Provincia La Rioja, Argentina. Financiada en su primera etapa por la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile, Valdivia-Chile (DID S-2012-54), y en su segunda etapa por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Chilecito/Chilecito, La Rioja-Argentina (Anexo XI, Expediente 911/2012).

[4] Para una información más exhaustiva ver: CUBEROS, RODRÍGUEZ y PRIETO, 2009; PORRAS, 2010; Instituto Nacional del Cáncer, 2015; Greenpeace, 2011; 2012; 2013; Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, 2010; PRADO, 2011; CHÁVEZ PORRAS, 2011; PAPALEO y GRANDE, 2011, entre otros.

[5] Para una información más exhaustiva ver: ALIMONDA, 2011; BOFF, 1996; 2006; BURKETT, 2006; ESCOBAR, 2011; FOLADORI, 1996; FOSTER, 1999; 2002; 2004; GORZ, 1995; GUDYNAS, 2004; SWISTUN, 2013; KEMPF, 2007; 2010; LÖWY, 2009; 2011; LEMKOV, 2002; MAX-NEEF y SMITH, 2014; VIZIA, 2011.